Many Rodríguez, animando la cultura mexicana

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Many Rodríguez, animando la cultura mexicana

Pixar / Facebook
El animador de Pixar platicó con VMÁS sobre cómo ayudó para que ‘Coco’ cobrara vida respetando la cultura de México; hoy se estrena en Estados Unidos

Pixar y Disney parecen un lugar poco adecuado para traer a la vida uno de los mayores homenajes que se hayan hecho al Día de Muertos y la cultura mexicana en el cine, sobre todo en tiempos de Donald Trump. Sin embargo, Los Ángeles no deja de ser una ciudad con una alta población de latinos e hispanos, muchos incluso, aunque hayan nacido con la nacionalidad de aquel país, tienen alguna ascendencia o raíz de los países del sur. No es de sorprender que este sea el caso de muchos trabajadores de la compañía estadounidense, por lo que el estudio podía tomar, desde sus mismas oficinas, tantas opiniones como quisiera para su más reciente película. Manuel Zenón Rodríguez, mejor conocido como Many, es una de estas personas, un animador que platica en entrevista con VANGUARDIA cómo su presencia se volvió más valiosa para contar la historia de “Coco”.

Nacido en Los Ángeles, Many Rodríguez viene de familia mexicana. Estudió la secundaria y prepa en Baja California y su carrera universitaria en Nuevo León, hasta que volvió a Estados Unidos para entrar como “fixer animator” en Pixar en 2009. Su primer trabajo fue en “Toy Story 3” (2010) de Lee Unkrich, el mismo director de “Coco”. Posteriormente ascendió de puesto como animador y ayudó a crear cintas como “Cars 2” (2011), “Brave” (2012), “Monsters University” (2013), “The Good Dinosaur” (2015) y “Finding Dory” (2016). Pero aunque cada una tuvo sus dificultades, el reto supremo llegó con la historia de un niño que se pierde en la tierra de los muertos al robar la guitarra de la tumba de su ídolo.

Es el único mexicano en su departamento de animación, aunque platica que los hay en otros. “Yo era el animador al que le preguntaban muchas cosas, si culturalmente lo que se está haciendo tiene sentido, es válido o no. Trataba de dar ideas de actrices y actores que debiéramos referenciar para estudiar sus actuaciones, como María Félix, Pedro Infante, Jorge Negrete, varios actores de la era clásica del cine mexicano”.

-¿Qué tan diferente fue trabajar en “Coco” en comparación con otras cintas de Pixar?-
“La diferencia fue buscar que la actuación se sintiera de México. Eso fue el dilema de todos los animadores. Cuáles son los gestos de una persona mexicana, cómo uno se expresa con otras personas. Obviamente no queríamos aparentar, aunque se miraran mexicanos, pero se portaran estilo norteamericano. Fue tratar de buscar ese idioma culturalmente hablando. Y ya pues el otro problema era animando calacas y todo lo demás que viene con eso, cuando estás jugando con las calacas, que se le cae un brazo, que las piernas se despegan, cómo lo haces de una manera que no de miedo y se vea entretenido”.

-¿Cómo hicieron para respetar las tradiciones sin ser ofensivos o dar demasiados estereotipos?-
“Estamos cansados de eso. Que sean puros estereotipos de cómo el norteamericano u otra gente nos mira a nosotros. Usaron gente fuera de la compañía que sabía o entendía la sensibilidad de la cultura y cómo se debía respetar. Se le preguntó a mucha gente hispana dentro y fuera de Pixar. Antes de que pudiéramos seguir se le preguntaba a nuestra gente. ‘¿Esto tiene sentido, es ofensivo, no es ofensivo?’ Si es un estereotipo, ¿es un estereotipo correcto?, por ejemplo, que nuestras abuelitas tienen un carácter fuerte. Hay estereotipos que quizá se siguieron para ayudar a la historia, que son culturales y nos hacen reír”.

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-¿Cómo fue el proceso creativo al momento de animar “Coco”?-
“Parte del proceso era, por ejemplo, con el equipo de aquí escogí la cinta ‘Rudo y Cursi’, con Gael García y Diego Luna y nos pusimos a verla. Tiene muchos chistes mexicanos, es una película de futbol y toda la cosa. Yo sentía que tenía algo para la gente que no entiende la cultura, que miren eso por lo menos, para mí reflejaba lo que era el humor mexicano. Vimos otras películas como ‘Los Olvidados’, pero también muchos clips que no eran películas completas. 20 minutos de la película y ‘mira, me gustó lo que hizo aquí, me gustó su carácter fuerte pero femenino’, de esas cosas hablábamos. La inspiración viene de todas partes”.

-¿Qué tanto del mundo real le pones a tu trabajo?-
“En esta película pues casi completamente. Muchas de mis experiencias que pasé en México las usé a lo máximo. Casi el 80% o 90% era de mi experiencia en México o con mis papás, que son de Jalisco. Mi papá ni habla inglés, soy primera generación y toda la cosa, así que cualquier cosa que yo podía pensar desde cómo se persignó mi abuelita, hasta cómo se enoja mi mamá conmigo, hasta lo que es tomarse una copa con un amigo. Aunque a veces no le ponemos mucha atención al proceso de tomarte una copita con un amigo, pero hay cierta manera en que un mexicano lo hace. Salud, lo miras a los ojos… Ciertos detalles, donde tenías que buscar en tu memoria y experiencia. ¿Qué detalles puedo escoger para ponerlos en los personajes que puedan demostrar que hay verdad detrás de sus gestos?” 

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-¿De niño dibujabas o hacías algo que te llevó a lo que te dedicas ahora?-
“De niño con mi mamá cada domingo nos poníamos a ver una película de Disney. Con mi papá me ponía a ver películas antiguas de Pedro Infante, Tin Tan, así que crecí enamorado del cine. Sobre todo el cine mexicano y las animaciones de Disney. Luego creces y tu paladar se expande más. Siempre quise ser animador, pero yo no sabía que podías hacer animación en una escuela o cómo se hacía. En México me acuerdo cuando llegué a la universidad e hice un curso de diseño gráfico. Nos dijeron ‘haz un personaje’, lo hice y me acuerdo que le dije al maestro ‘¿y ahora cómo hago que se mueva?’ Se me quedó viendo diciendo ‘no, no, ya terminaste’. Se me fue la inspiración, por lo que quería hacer y tardó más. Regresé a Estados Unidos sin poder estudiar animación, hasta que finalmente busqué un curso en San Francisco. Me metí a la escuela y de ahí empecé, ya estaba más grande, tenía como 29”.

-¿Qué sientes cuando ves tu trabajo cobrar vida en la pantalla?-
“A veces trabajas tanto en tus escenas que ya ni las quieres mirar. Pero cuando las ves trabajar en conjunto con las escenas de tus compañeros y ves que tú ayudaste a mantener una historia fluyendo, ayudas con la emoción de la película, pues da orgullo en general cuando a alguien le gusta. Personalmente me da orgullo cuando escucho a mi familia reaccionar a algo que yo hice, sin saber que yo lo hice. Esa es la mayor satisfacción que me puede dar. Porque el público general no está mirando escena por escena, ‘oh, me encanta cómo hiciste a este personaje hablar’, obviamente ellos están metidos en la historia y en ese mundo. Saber que yo puedo ayudar con eso me da satisfacción”.