Un grupo de campesinos de siete ejidos de Torreón, mantienen una toma pacífica de las instalaciones del Centro de Operación y Mantenimiento de la superintendencia Ductos Torreón de Pemex desde el 23 de febrero, pues reclaman que se retire un gasoducto y regresen la tierra o que se renueve un contrato de arrendamiento por sus tierras.

Rodrigo Hernández, asesor legal de los ejidos, explicó que desde 1985-1987 se contrató con Pemex una ocupación superficial donde no se marcaba vigencia, sin embargo, después de la Reforma constitucional de 1992, donde se establece que la tierra puede ser susceptible de particulares, se estableció que todos los contratos anteriores a la reforma que no tuviera vencimiento, tendrían una duración máxima de 30 años.

Recordó que en 2015, los contratos empezaron a tener su vigencia y los ejidos El Ranchito, La Unión, Ignacio Allende, La Rosita, La Merced, San Luis, San Antonio de los Bravos, fueron interponiendo juicios de controversia agraria ante el Tribunal Unitario Agrario.

Además, en 1999 se licitaron varios ramales de gasoducto en el país, entre ellos éste que ocupa sus tierras. La licitación la ganó la empresa Ecogas, quien decidió contratar a Pemex para que le hiciera el soporte jurídico y legal con los ejidos, en lo que terminaba el contrato con los mismos.

“El reclamo es que se licitó de manera ventajosa ese tubo. Una vez que se enterró pasa a ser parte de la infraestructura del ejido una vez que termine. Aparte, de la licitación hay un convenio paralelo donde Ecogas le paga una renta mensual a Pemex por ese derecho de vía”, comentó Rodrigo Hernández.

El asesor dijo que en enero insistieron en una plática conciliatoria sobre las afectaciones del derecho de vía número 2307, del tramo Las Huertas-Cementos-Peñoles, que corresponde a 9.5 hectáreas.

“Exigimos el pago de las rentas vencidas y que se celebre un nuevo contrato o se retire la tubería. El día 22 (de febrero) teníamos programada una reunión con Pemex, Ecogas, Cenegas, no acudieron y nos dijeron que hasta el 16 de marzo nos resolvían. Por eso decidimos desde el 23 de febrero estar aquí”, añadió.