¡Manos arriba!
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¡Manos arriba!
De tanto en tanto que ya hasta es costumbre, el Gobierno estadounidense, emite una alerta o recomendación, para que los buenos gringos eviten a toda costa y en la medida de lo posible visitar ciertos puntos, zonas y/o poblaciones del territorio mexicano identificadas como problemáticas, inseguras o de plano violentas.
Apenas comenzó el año, Obama y Compañía actualizaron el mapa del crimen en nuestro País o, como ellos prefieren llamarle, “La Ruta del Miedou”: sitios donde estiman existe un alto riesgo de ser asaltado, violado, secuestrado, hecho carnitas o afiliado al PRD.
En realidad son recomendaciones muy sensatas (para propios y extraños), como evitar Tamaulipas a toda costa. De hecho se aconseja recortar este territorio con una zanja hasta la placa continental, tirarlo al mar y olvidarnos de que alguna vez existió.
Obvio, también exhorta a evitar Sinaloa, porque se puede aparecer Sean Penn con ganas de hacer una entrevista pendeja.
Y por su pollo, la Alerta también hace observaciones sobre nuestra otrora orgullosa Entidad, hoy simplemente “Caguila”. Pero lo mismo, puras cosas obvias: evitar transitar por las carreteras de noche, no ir a ciertas zonas conflictivas y por ningún motivo comer tacos en el centro.
Todo eso está muy bien, las recomendaciones como dije, sirven hasta para los lugareños: No vayas a tales poblaciones, no pases por tal lugar, no vayas de noche, evita los burdeles. Nada que no nos diría nuestra preocupada madre.
El Estado no puede garantizar la seguridad de nadie en todo momento, en todo lugar. Y sí, de repente, y gracias a la crisis perpetua y a la corrupción, el asunto de la inseguridad se nos pone medio del cocol, pero es cierto también que ni las sociedades más avanzadas han logrado eliminar el factor violencia de su ecuación.
Admito que no siempre puedo ufanarme de mi terruño de origen, o presumir las bondades de mi Patria, pero como que ya me va engorilando que EU nos cataloguen como tierra de nadie, siendo que tenemos las mismas o más probabilidades de acabar calacas (y de la peor forma) en territorio yanqui que en nuestro México mondo y lirondo.
Vengo pensando en esto luego de que en octubre, Dave Stevens (de 53 años) fue atacado y asesinado a machetazos mientras hacía su rutina de ejercicios matinales por un psicópata, en un parque de los alrededores de su casa. La Policía dijo que fue un acto brutal y aleatorio. Al poco tiempo, su viuda, Patti, se quitó la vida.
Sandra Bland (28) fue detenida y arrestada por una infracción vehicular menor. Pocas horas después fue encontrada muerta, colgada en su celda. Se presume un homicidio y una detención ilegal por motivos raciales.
En septiembre, la dentista Kendra Hatcher (35) fue muerta a tiros en el estacionamiento de su edificio de departamentos. El asesino fue contratado para ultimar a Hatcher (a cambio de dinero y drogas), por la exnovia del entonces novio de la víctima.
En Waco, una reunión de motociclistas terminó, con la intervención y ayuda de la Policía, en tiroteo. Nueve hombres resultaron muertos. Corría el mes de mayo.
Todos los incidentes anteriores ocurrieron en Texas.
Agosto. En Virginia, la reportera de televisión Alison Parker y el camarógrafo Adam Ward fueron asesinados a balazos literalmente en vivo, mientras cubrían una nota para el noticiero matutino.
Diez muertos fue el saldo de un tiroteo escolar en Roseburg, Oregon, el primero de octubre. El presidente Barack Obama lamenta que estos hechos y las reacciones se hayan vuelto parte de su rutina.
Se dice que en el último medio siglo han fallecido más norteamericanos por armas caseras que los que han perecido en todas las guerras que han librado los Estados Unidos (lo que ya es mucho decir).
Una estadística dice que las muertes por arma de fuego en Estados Unidos ocurren a razón de tres por hora.
Aun así, el estado de Texas acaba de restituir a sus texanitos el derecho a portar armas de fuego a simple vista, sin el menor recato, decencia, pudor o sentido común. ¡Hágame el chingado favor punto com!
De tal suerte que la mentada Alerta de Viaje que emite el Gobierno Norteamericano resulta de lo más hipócrita.
Mentira que ya con cruzar la frontera, hacia la prometida Tierra de los Malles, uno esté y se sienta más seguro. ¡Nunca! Y menos con esas atroces estadísticas de violencia que se cargan.
Claro, si se sienten más seguros con su Alerta, adelante. Nosotros bien podríamos hacer lo propio, pero no ocupamos tal. A nosotros nomás nos dejan caer el dólar a 20 pesos y solitas se nos quitan por completo y en automático las ganas de ir a EU.
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