Sentí profundamente el fallecimiento de Manuel Gil Vara, cronista de Ciudad Ramos Arizpe, compañero en el Colegio Coahuilense de Investigaciones Históricas, y amigo desde hace muchos años.

La vida me ha hecho el regalo de darme a conocer a mucha gente buena; mujeres y hombres de calidad humana excepcional que me han enriquecido con su amistad y su trato. Entre ellos ocupa un lugar muy especial Manolo, como afectuosamente lo llamábamos. Era amable y afable, cortés y educado. Para nadie tenía una palabra dura; su talante era conciliador, cordial. A todos estimaba y de todos era apreciado.

Esas cualidades, y el afecto que siempre le tuvieron sus conciudadanos, lo llevaron a ser presidente municipal de su solar nativo, Ramos Arizpe, el más joven de los alcaldes que ha tenido esa laboriosa población, según dijo el profesor Arturo Berrueto González en la expresiva y sentida alocución que dedicó a Manolo el día de sus exequias fúnebres. Las palabras de nuestro presidente fueron las de todos los historiadores y cronistas coahuilenses.

Ramos Arizpe, ayer pequeña villa, hoy gran ciudad entre las de mayor potencialidad en el Estado, es un lugar de rica historia y nobles tradiciones, habitada por gente de genio e ingenio que ha dado y sigue dando personalidad y estilo a la antigua población. Manuel Gil Vara recogió con amoroso cuidado los hechos y lo dichos de sus coterráneos. Escribió un libro de expresivo nombre: “Por las calles de mi tierra”, en el que recogió los sabrosos decires de los ramosarizpenses e hizo la acabalada crónica de sus hechos a lo largo de las diversas etapas de la vida del poblado donde vio la luz. No cabe duda de que para la cultura de Ramos Arizpe, de Saltillo y de Coahuila entero la muerte de Manolo es una pérdida sensible.

Hago llegar por este medio mi sentimiento de pesar a su familia; a su esposa, sus hijos y sus nietos; a todos los que lo quisieron. Descanse en paz don Manuel Gil Vara, hombre ejemplar; funcionario público que trabajó por el bien de Ramos Arizpe y de su gente; cronista de relevantes méritos; notable historiador. Descanse en paz mi amigo Manolo, cuyo recuerdo he de guardar por siempre con afecto y emoción.