La actual administración federal prometió al inicio de su gestión que la violencia y en concreto las cifras de homicidio doloso habrían de disminuir de manera drástica. Sin embargo, los primeros dos años sucedió lo opuesto, siguieron incrementándose, aún en tiempo de pandemia, cuando en todo el mundo la pandemia provocó una disminución marcada de dicho indicador.

Pero en este tercer año las cifras oficiales muestran una ligera mejoría, al menos de forma aparente, aunque no significativa, con una disminución del 4.6%, lo cual sin duda es una buena noticia, porque, aunque el país siga con altas tasas de violencia, al menos significaría que se ha logrado frenar el incremento e incluso comenzar con el decrecimiento de los asesinatos.

Sin embargo, algunas organizaciones de la sociedad civil, en especial México Evalúa, han puesto en duda esta disminución, argumentando que existe la probabilidad de que algunos homicidios dolosos, se hayan hecho pasar por culposos de manera premeditada, generando un descenso artificial del indicador.

El argumento del equipo de México Evalúa es sencillo, los homicidios culposos como son producto de los accidentes no siguen una tendencia clara y predecible, sino que tienen una gran dosis de aleatoriedad, sin embargo, ellos observaron que en los últimos meses, cuando subían los homicidios dolosos, que sí siguen patrones más claros, se incrementaban también los homicidios culposos, patrón que no se había presentado antes.

Por ello, infieren que habría al menos la probabilidad de que se estén ocultado a propósito en varias entidades los homicidios dolosos, haciéndolos pasar por culposos, lo cual explicaría en gran medida la disminución observada en estos meses a nivel nacional.

Los trabajos de México Evalúa incluso señala a las entidades con mayores problemas en los reportes, que son Tamaulipas, Tabasco, Guanajuato, Puebla y Oaxaca, las cuales son gobernadas por diferentes fuerzas políticas, dos por el PAN, dos por MORENA y una por el PRI, lo cual al menos descartaría la hipótesis de una estrategia orquestada desde el Gobierno Federal para disfrazar las cifras y vuelve corresponsables a entidades, que con el afán de presentar mejores resultados en seguridad, aún cuando no los han tenido, han terminado por afectar la calidad y el rigor de las cifras nacionales.

Cabe destacar que este no es el primer caso de sospecha de manipulación intencional de las cifras de homicidio doloso, en el pasado en Michoacán manipularon las cifras para probar que la llegada de Alfredo Castillo Cervantes, como comisionado especial para la seguridad en dicho estado había sido benéfica, cuando en realidad no había sido así.

Por ende, esto debe llevarnos a revisar las medidas y los filtros de seguridad en el reporte de los datos por parte de las fiscalías de las entidades al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, porque de lo contrario, los ciudadanos tendremos poca confianza en la veracidad de las cifras.

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