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Mancera

¿Un año es suficiente para tener claro el tipo de Presidente que quiere ser para México? Es difícil de responder, pero es el tiempo que dice Miguel Ángel Mancera, hoy Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, que ha pensado en el asunto, el tiempo que lleva trabajando rumbo al 2018 y el tiempo que le ha dejado claro que no haría las cosas que ha hecho el que hoy es titular del Ejecutivo en el País: Enrique Peña Nieto.

Anoche tuve la oportunidad de entrevistarlo en el programa “Sin Lugar a Dudas”, transmitido por El Financiero TV, y durante la charla Mancera dejó claro que, frente a su aspiración presidencial, tiene filias y fobias muy establecidas.

“Con el Presidente hay una separación de responsabilidades, cada quien tiene una responsabilidad. No pensamos igual, no tenemos las mismas convicciones, no tenemos la misma línea política”, respondió Mancera, quien ha acusado al Gobierno federal de orquestar un ataque a la Ciudad de México. Ataque, por supuesto, con tintes políticos.

Mancera sabe que hay otros personajes que han manifestado su deseo de competir también por Los Pinos; sin embargo, sabe cuál está más cerca de su línea política y con quien sólo hay una relación por obligación.

Como Andrés Manuel López Obrador, líder de Morena, quizá su contrincante más fuerte dentro de la izquierda en el País, a quien, pese al distanciamiento, aún lo considera su amigo.

“Yo todavía tengo puesta mi camiseta de amigo, entiendo que es un tema de efervescencia política, yo he reiterado que no hay un tema personal ni con él ni con nadie, yo aún tengo mi camiseta de amigo”, no dudó en responder Mancera.

En cambio, en el mismo escenario, Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación, juega del lado contrario: “Tenemos una necesaria coordinación, ahí no tengo una playera de amigos, tampoco de enemigos, por supuesto”.

Y dentro de la claridad de todo lo que no haría, sabe que, aunque pedir perdón es necesario en un puesto como el que ejerce, no se disculparía nunca como lo hizo Peña hace algunas semanas, por la polémica con su Casa Blanca.

“Pedir perdón es algo muy personal. El perdón está en la esfera de lo emocional y por tanto no pasa por un tema de reflexión o de mayor análisis”, ironiza Mancera.

Aunque para tener tan claro el camino que quiere seguir en la carrera presidencial, Mancera deja de lado temas que lo ponen en la cuerda floja. Niega presencia del crimen organizado, justifica el desastre del Metro ante un presupuesto insuficiente y, para colmo, no le importan las encuestas, a pesar de reconocer que no le favorecen. 

No le importan las encuestas como no le importa el constante cuestionamiento de que mantenga en el gobierno a personajes que lo alejan de la silla presidencial, como la Secretaria de Medio Ambiente, Tanya Müller, a quien, pese a los errores cometidos una y otra vez, no parece querer mover.

Habrá que ver qué piezas mueve Mancera porque, como él mismo dice, frente al 2018 el abanico aún está muy abierto y todo puede pasar.