Andrés creyó que cuando alguien dijo que el País necesita un buen “mánager”, se trataba del jefe de un equipo de beisbol. Ahora estamos batallando porque cuando más se requiere de un administrador profesional, el fanático del beis está siendo ponchado por las difíciles circunstancias.

Mánager en inglés, viene del italiano “managerie” que se refiere al que puede arrendar y adiestrar un caballo. La metáfora es importante, porque el caballo tiene voluntad propia. O sea que administrar, en realidad va más allá de contar chiles. Implica también saber gobernar, rebasar obstáculos.

Para desgracia de México, nuestro Presidente no sabe de administración y tampoco de leyes. ¿Qué nos queda? El aficionado al beisbol, que ni picha, ni cacha, ni deja batear.

Andrés se está conviertiendo rápidamente en el principal obstáculo al progreso del País. A mí no me importa si las encuestas lo ponen por las nubes o por los suelos, francamente. Mi noción de su incompetencia grave como dirigente del País jamás la colgaría de una encuesta, porque tampoco puedo explicar cómo es que llegó a candidato y luego a Presidente.

Ya pasó un año sin crecimiento. Solo crecieron las ocurrencias y la tonterías como la fraudulenta venta de boletos de lotería con un avión pintado, para un sorteo en la que nada tiene que ver el avión presidencial. Ahora con el ataque del Covid-19 a la economía mundial, México vuelve a pintar como para un crecimiento nulo en 2020.

En cuanto a desarrollo, que es lo que el Presidente dice apreciar más, vamos francamente para atrás. Parece que por fin los empresarios de Coparmex empiezan a despertar aunque muy lentamente. Circula un video en el que D. Alfredo Sandoval, expresidente de Coparmex alerta a sus colegas sobre la imperiosa necesidad de detener la caída del País.

El lenguaje denota cierta desesperación con el manager de Palacio Nacional. La verdad es que lo califica como alguien peor que Echeverría y López Portillo, que nos lleva rápidamente a un colapso económico total.

Ignoro si el discurso del señor Sandoval ha tenido eco entre otros empresarios más jóvenes. Se me hace un poco tarde para empezar a pintar una raya. Hace un buen rato que la reforma energética que tanto tardó en llegar fue anulada por las decisiones del más corrupto mapache electoral que ahora dirige nada menos que la Comisión Federal de Electricidad.

Nótese que no estoy haciendo grandes revelaciones. La diferencia es que cuando menos existe ya una voz valiente que obligará a otros empresarios a tomar una postura más brava ante el nulo entendimiento del Presidente acerca de cómo realmente hacer crecer y desarrollar al País.

Nada dice don Alfredo de qué piensa hacer él, o que cree que es necesario que hagamos todos los mexicanos para enderezar el rumbo del país. Si como dice Andrés está peor que Echeverría y López Portillo, pues es muy largo el trecho que tenemos por delante. Se requirieron tres sexenios posteriores al ruinoso López Portillo para sacar al PRI de Los Pinos.

Para sacar a Andrés de Palacio Nacional está muy difícil. Por más que dice que si no lo quiere el pueblo el solito se va a su ranchito con nombre curioso, creo que él es de los que nunca de los nuncas reconocerá ese hecho por más claro que se lo pinten las encuestas.

La única solución a mediano plazo es recuperar el Congreso de la Unión. Lamentablemente, los partidos son una basura y una lacra. Crear uno no es tan fácil como ya lo comprobó hace años otro empresario que era muy activista dueño de una fábrica de pan pero ya no está con nosotros.

Créanme que este asunto pinta mal. Si el discurso va en serio y las cosas siguen por el camino actual, lo único que podrá hacer cambiar a Andrés será una huelga de pago de impuestos a nivel nacional (lo cual ya hicieron delito grave.)

Fuera de eso, los morenistas estarán varios sexenios más elaborando todas las leyes necesarias para acrecentar su poder político y coercitivo. Para lograr esto, el manager sólo requiere dejarse querer y firmar para ordenar publicar las respectivas leyes, como ya está sucediendo.

javierlivas@mac.com