Mamina

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Mamina

El domingo 18 de julio falleció una de las damas con mayores vínculos a la cultura norestense de las que he conocido. Doña Panchita De Hoyos Chapa viuda de Santos nació el 20 de diciembre de 1918 en la Hacienda de San Francisco en Múzquiz, Coahuila, radicando en la ciudad de Monterrey desde su adolescencia.

Doña Panchita se casó a finales de 1938 con el empresario Alberto Santos González, originario de Bustamante, Nuevo León, procreando cuatro hijas y seis hijos que aprendieron mucho de su generosidad y sencillez. En el trayecto de su vida de 102 años fue muy amada por sus familiares, particularmente por sus nietos que le llamaban “Mamina”.

Hoy escribo sobre ella porque nunca olvidó a su natal Múzquiz estando pendiente de poder servir a su población en materia de salud y en obras de interés social.

Vivía en una casa amplia rodeada de árboles. Alguna vez me dijo que ella no necesitaba ostentar nada ni vivir con manifestaciones de poder como lo hacían otras personas de su nivel social y es que doña Panchita contaba con una grandeza interior que no le permitía la presunción.

Apoyó siempre a sus hijos e hijas y siempre guardó un respeto absoluto por la memoria de quien fue su esposo, cabildeando con las autoridades de San Pedro, Garza García, para que la calzada del Valle llevara el nombre de Alberto Santos González, ya que fue él, quien proyectó y consolidó la colonia del Valle, primera ciudad jardín en México que vino a detonar el poderío económico de ese municipio, tanto que sus habitantes por muchos años han estado en el top de las personas con mayores ingresos per cápita de América Latina.

Una tarde me dijo doña Panchita que cuando sus hijos eran pequeños la familia contaba con una casa de campo en el área de Santa María en Monterrey desde donde se veían los cultivos de hortalizas que una comunidad de chinos tenía en esas tierras coronadas por la Sierra Madre Oriental. Allí repetidamente comentaba a su esposo que podrían fraccionarse esas tierras situadas al sur del cauce del Rio Santa Catarina. La insistencia de su esposa generó en don Alberto Santos González la inquietud de adquirir los terrenos necesarios para entonces crear la ya citada colonia del Valle. 

La avenida de acceso al Pueblo Mágico de Bustamante lleva el nombre de este prominente industrial que junto a sus hermanos don Ignacio y don Manuel Santos González fueron mexicanos visionarios que emprendieron industrias que propiciaron bienestar y sustento a muchas familias.

De hecho, Mamina apoyó financieramente la construcción de esta avenida otorgando adicionalmente un importante apoyo económico al municipio que entonces gobernaba Jorge Santos Gutiérrez.

Cuando visitó la última vez el pueblo donde había nacido su marido lucía hermosa y con un garbo único, -las mujeres muzquenses tienen fama de bellas-, no era fácil creer que doña Panchita tuviera en ese entonces, más de ocho décadas de vida.

Recuerdo con respeto, afecto y agradecimiento a esta mujer memorable que hacía el bien sin presumirlo. Doña Francisca Herminia de Hoyos Chapa, distinguida mujer proveniente de familias de alcurnia de Coahuila y con raíces en General Zuazua, Nuevo León, dejó un legado de conocimientos y amor. Doña Panchita fue una maravillosa persona.

Me alegra compartir que en un mes se le estará haciendo en su tierra natal una ceremonia de homenaje luctuoso por parte de su familia y de las autoridades municipales de Múzquiz, Coahuila, y de Bustamante, Nuevo León; que tendrá lugar en la Capilla de la Hacienda de San Francisco para pasar luego a depositar parte de las cenizas de la memorable muzquense en el Río Sabinas que nace en la región del indómito pueblo kikapú.