‘Mamá, ¿crees que debería tener un bebé?’
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‘Mamá, ¿crees que debería tener un bebé?’
Esperando como siempre, que su fin de semana haya sido genial al lado de su familia y amigos y que ya instalados en un nuevo mes y en una nueva semana laboral, ésta sea muy productiva y de muchas satisfacciones. Hoy les dejo un texto que leí hace algunos días en redes sociales y que quise compartir justo ahora en el inicio del mes de mayo, mes de las Madres. Espero les guste, tanto como a mí.
ANA
Nos sentábamos a comer cuando mi hija casualmente menciona que ella y su esposo están pensando en empezar una familia.
Estamos haciendo una encuesta, dice ella, en broma. ¿Crees que debería de tener un bebé? Cambiará tu vida. Digo cuidadosamente manteniendo mi tono neutral.
Yo sé, dice. No más fiestas los fines de semana, no más vacaciones espontáneas...
Pero eso no es en absoluto lo que yo quise decir. Miro a mi hija, intentando decidir qué decirle.
Quiero decirle que las heridas físicas por dar a luz a un niño sanarán , pero que el volverse madre la dejará con una herida emocional tan profunda por la cual ella será vulnerable para siempre en su vida.
Pienso en advertirle que ella nunca leerá de nuevo un periódico sin preguntarse “¿Y si eso le hubiera pasado a mi niño?”.
Que cada accidente de aviación, cada incendio en una casa la obsesionará. Que cuando vea fotos de niños hambrientos, se preguntará si algo podría ser peor que vivir la muerte de su niño.
Yo la miro cuidadosamente, sus uñas finamente pintadas y el traje elegante y pienso que no importa cuán sofisticada ella sea, el convertirse en madre la reducirá al nivel primitivo de una osa que protege su cachorro.
Que una llamada urgente de “¡Mamá!” le hará dejar caer un soufflé o su mejor cristal sin vacilar por un momento.
Siento que debo advertirla que no importa cuántos años ella haya invertido en su carrera, ésta se descarrilará profesionalmente a causa de su maternidad. Ella podrá hacer los arreglos para dejar al niño en casa al cuidado de una niñera, pero un día irá en camino de una reunión de negocios importante y recordará el dulce olor de su bebé, y tendrá que usar cada gramo de su disciplina para no correr a casa, sólo para asegurarse que su bebé está bien.
Yo quiero que mi hija sepa que las decisiones cotidianas ya no serán rutina. Que el deseo de un niño de cinco años de ir al baño de hombres y no al de mujeres en McDonald’s se volverá un dilema mayor.
Que justo allí, en medio del ruido de bandejas y niños gritando, los problemas de independencia e identidad de sexo serán sopesados contra la perspectiva de que haya un abusador de niños acechando en ese baño.
Mirando a mi hija tan atractiva, quiero asegurarle que en el futuro ella perderá los kilos de más del embarazo, pero nunca se sentirá igual sobre ella misma. Que su vida, ahora tan importante, será de menos valor para ella una vez que tenga un niño.
Que por los hijos ella tendrá que renunciar a la vida que ahora tiene, pero que también empezará a desear tener más años, no para lograr sus propios sueños, sino para ver a sus hijos lograr los suyos.
Yo quiero que ella sepa que una cicatriz de cesárea o las estrías se convertirán en insignias de honor. La relación de mi hija con su marido cambiará, pero no de la manera que ella piensa. Deseo que ella pudiera entender cuánto más uno puede amar a un hombre que tiene cuidado para empolvar a su bebé o que nunca duda para jugar con su niño.
Yo pienso que ella debería saber que se sentirá de nuevo completamente enamorada de él por razones que ahora encontraría muy poco románticas.