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'Malova' dejó más deuda y protestas en Sinaloa
Culiacán, Sin. Plantones, paros y marchas de trabajadores de hospitales, de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y de otras dependencias despiden a Mario López Valdez, quien el próximo 31 de diciembre pondrá fin a lo que anunció como el gobierno del cambio.
Empleados sindicalizados y de confianza de la Secretaría de Salud estatal han realizado desde hace dos semanas paros escalonados en demanda de 60 días de aguinaldo y 11 mil pesos en vales de despensa para cada uno. Una semana después les entregaron cheques para cubrir esta prestación, pero no tenían fondos.
López Valdez, Malova, postulado por los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, ofreció acabar con la violencia.
Sin embargo, su administración cierra con cerca de 7 mil 500 homicidios en seis años (mil 200 más que en el gobierno de su antecesor, el priísta Jesús Aguilar Padilla), cerca de 30 mil desplazados y unos 2 mil desaparecidos.
El crecimiento económico fue de apenas 2 por ciento anual en promedio, similar al de los 10 años recientes.
Policías inconformes
Agentes de las policías estatal preventiva y ministerial también están inconformes. El 15 de diciembre un grupo dejó de operar cerca de hora y media la central de comunicación C-4, que permite la coordinación entre las diferentes corporaciones.
Hubo manifestaciones similares en los municipios de Mazatlán y Ahome, donde la Secretaría de Seguridad estatal envió otros agentes para sustituir a los inconformes para hacerse cargo de las cámaras de vigilancia y los servicios de emergencia.
Entre el 15 y el 23 de diciembre se realizaron protestas en la Unidad Administrativa (sede del gobierno de Sinaloa) en Culiacán, donde se plantaron empleados de la administración estatal, viudas de policías y profesores del sistema de telebachillerato.
Todos reclamaban aguinaldo de 60 días y otras prestaciones. Bloquearon la avenida Lázaro Cárdenas, una de las más importantes de la capital.
El secretario de Administración y Finanzas, Armando Villarreal, dijo que el gobierno estatal esraba gesionando fondos con el federal, y pidió paciencia y comprensión a los afectados.
Mario López Valdez prometió que el problema empezaría a resolverse a finales de la semana pasada y en la presente, y responsabilizó del retraso a las autoridades federales.
La UAS publicó un extrañamiento al gobernador por no pagar a la casa de estudios 100 millones de pesos para cubrir la segunda quincena de diciembre a cerca de 15 mil empleados.
Luego de una reunión con el rector, Juan Eulogio Guerra Liera, López Valdez prometió la entrega de fondos a principios de esta semana. El próximo sábado se iniciará la administración del priísta Quirino Ordaz Coppel.
El gobierno no debe estar en bancarrota como lo están dejando. Nunca habíamos vivido tal desaseo en el manejo de las finanzas, afirmó Samuel Campos, ex presidente del Centro Empresarial de Sinaloa, filial de la Confederación Patronal de la República Mexicana, quien señaló que se han reportado faltantes de dinero en todas las dependencias.
Renuncia auditor
Sorpresivamente, Antonio Vega Gaxiola, titular de la Auditoría Superior del Estado, renunció luego de sólo dos de los siete años para los que fue electo por los legisladores locales.
Vega Gaxiola llegó al cargo en junio de 2014, tras la muerte de Marco Antonio Fox Cruz en un accidente carretero cuando viajaba de Culiacán a Mazatlán.
Recurrió 62 veces a créditos quirografarios
El gobierno de Sinaloa, a cargo de Mario López Valdez, acumula una deuda de 9 mil 780 millones de pesos, incluidos pasivos de corto y largo plazos, según informes de la Auditoría Superior del Estado (ASE); sin embargo, la Secretaría de Administración y Finanzas estatal asegura que la suma es de cerca de 8 mil millones de pesos.
Jesús Aguilar Padilla, quien concluyó su administración en 2010, heredó pasivos por 5 mil 472 millones de pesos, según cifras oficiales.
El ex priísta Mario López Valdez, quien terminó regresando al tricolor, al que apoyó en los comicios de junio de este año, fue llamado el rey del crédito por sus constantes peticiones de préstamos a la banca comercial para gasto corriente.
Por ejemplo, Malova recurrió en 62 ocasiones a créditos quirografarios (a corto plazo, sin garantía y con la firma de un pagaré) desde el inicio de su mandato. El monto de estos créditos asciende a 14 mil 854 millones de pesos.
Estos préstamos eran saldados, pero al día siguiente el gobierno estatal pedía otro para gasto corriente, incluso para pago de nómina. Las peticiones no fueron aprobadas por el Congreso local, porque contravenían la ley; aun así, los créditos se obtuvieron.
La ASE advirtió que la estrategia seguida por el gobierno del estado, consistente sólo en gastar y comprometer recursos, puede provocar insolvencia financiera.
En su informe de la cuenta pública de la administración estatal al cierre del segundo semestre de 2015, la ASE refiere que el endeudamiento creció 89.3 por ciento de 2010 a 2015.
Los pasivos de corto plazo sin fuente de pago representan 90.7 por ciento de los compromisos que se deberán cubrir en 2016, mientras el servicio de la deuda pública equivale a sólo 9.3 por ciento.
Este manejo de las finanzas, advierte la ASE, debe poner en alerta a las autoridades, pues existe un elevado riesgo de insolvencia y falta de liquidez que afectaría programas y proyectos ya presupuestados.
Decisiones equivocadas en uso de financiamiento para el campo
En 2011 Sinaloa enfrentó la peor helada de su historia, que destruyó las cerca de 800 mil hectáreas de maíz, frijol y hortalizas. En algunas regiones la temperatura llegó a 10 grados bajo cero. El gobernador pidió un crédito de 2 mil 600 millones de pesos, que el Congreso del estado aprobó sin chistar.
Los recursos se destinarían a 541 obras, entre ellas carreteras, hospitales, puentes e infraestructura hidroagrícolas, así como para reactivar la industria de la construcción, el comercio y otros sectores, y así enfrentar la crisis agrícola.
Al final de su mandato, muchas de esas obras están inconclusas, en algunos casos por problemas de planeación y presupuesto, sobre todo de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, a cargo del empresario constructor José Luis Sevilla Suárez.
Armando Villarreal Ibarra, secretario de Administración y Finanzas estatal, admite que se tomaron decisiones equivocadas en la gestión y ejecución del crédito; pero asegura que de no haberse contratado la deuda, Sinaloa no habría podido invertir en obras.
A diario se toman muchas decisiones y en algunas nos equivo-camos. ¿Por qué no han sido terminadas? Pues porque el proyecto no estuvo bien hecho, pediste 10 pesos y costaba 14, justificó.
Entre las obras inconclusas están la presa derivadora Las Juntas, parte del proyecto hidroagrícola Elota Piaxtla, en San Ignacio y Elota, que requirió un crédito de 10 millones de pesos para la elaboración del estudio de impacto ambiental, el cual fue rechazado dos veces por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, tras las quejas de ecologistas.
Tampoco están terminados el Hospital de la Mujer, en Guasave, y la Unidad Hematooncológica del Hospital Pediátrico de Culiacán; ésta fue inaugurada dos veces y a la fecha no funciona. Requería una inversión de 12 millones de pesos, pero sólo se ejercieron cerca de 6.
Flojos y pobres
Pese al endeudamiento y los discursos triunfalistas de López Valdez, la economía no repuntó. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía indican que de 2.9 millones de habitantes que había en el estado en 2015, al menos 822 mil padecían pobreza y carencias alimentarias.
Al mandatario no le gustaron estos datos. Interrogado al respecto, respondió que en Sinaloa sólo tiene hambre el que es flojo, y que las estadísticas muchas veces no corresponden a la realidad.
De acuerdo con investigaciones de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Sinaloa, el crecimiento económico del estado apenas fue superior a los de Guerrero y Campeche, y su participación en el producto interno bruto nacional fue de 2 por ciento en promedio, inferior al observado en las décadas de 1970 y 1980, cuando fue de 2.8 por ciento.