Maitena cuenta porqué dejó de hacer viñetas; 'la violencia hacia las mujeres no cabe en una viñeta'

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Maitena cuenta porqué dejó de hacer viñetas; 'la violencia hacia las mujeres no cabe en una viñeta'

Preocupada. Maitena expresó que dejó de hacer tiras cómicas pues entró en una zona de reflexión, más que de humor. Internet
La humorista asegura que a cierta edad ella entró más en una zona de reflexión que en una zona de humor y por eso dejó de realizar viñetas

CIUDAD DE MÉXICO.- Dice Maitena, la historietista argentina autora de tiras cómicas como “Mujeres alteradas”, “Superadas” y “Curvas peligrosas”, que “es muy difícil hablar de la violencia contra las mujeres en una viñeta, sobre todo pretendiendo hacer humor; es como hacer humor sobre los desaparecidos. No hay manera”, afirma en una charla con motivo de su participación en la 40 Feria Internacional del Libro de Oaxaca, el próximo jueves, a las 12 horas en una charla con Flavita Banana, titulada “Abajo el amor y… arriba nosotras. Viñetas sobre el desengaño”.

Maitena Burundarena, la argentina que hace varios años abandonó las tiras cómicas y hoy sólo escribe literatura y participa con alguna otra viñeta con la organización “Ni una menos” de la que es militante, asegura que a cierta edad ella entró más en una zona de reflexión que en una zona de humor.

 “Creo que es muy difícil pensar en hacer una viñeta que tenga que ver con el maltrato a las mujeres. Pero me parece que mi trabajo está lleno de viñetas que tienen que ver con eso, porque son el germen del maltrato a la mujer, no hace falta poner al tipo pegándole una piña a una mujer, pero el tipo leyendo el diario y la mujer cocinando y ocupándose de cinco hijos, es maltrato a la mujer; es muy difícil para mí, es imposible pensar en términos pedagógicos cuando trabajo”, afirma.

Reconoce que cuando intenta hacerlo para la agrupación “Ni una menos” le resulta muy complicado, “no logro el efecto, entonces intento desde la gráfica sumar a las convocatorias, hacer otras cosas que no sean el chiste porque son temas que trascienden el chiste; realmente ya no hay humor posible sobre estos temas, y sí me preocupan muchísimo, y además no dejo de pensar que estas cosas estaban pasando y no las sabíamos”.

Dice que antes de las redes de vez en cuando te enterabas de la violencia contra las mujeres, de los feminicidios, pero no es que no pasaran, pues han pasado siempre, “acá en Argentina matan a una mujer por día, en México ni hablar, creo que son cosas que todos sabíamos y están en el candelero pero han ocurrido siempre y es un tema muy difícil, muy angustiante que no sé cómo va a resolverse, para mí la única manera de resolverse o la manera más posible es desde la escuela”.

 La autora de la novela "Rumbla" con la que entró a la literatura, donde ha escrito alrededor de tres historias más, concibe que tiene que haber educación sexual integral desde la escuela, los niños de cinco años tienen que entender lo que son las diferentes personas, los géneros, los trans, que tiene que haber una educación del amor y el respeto desde la infancia, porque el problema no se va a arreglar solo, ni la cabeza de la gente se va a arreglar sola.

“Es un tema de los mandatos, cuando los mandatos estén atravesados por una educación sexual integral desde la escuela tal vez haya generaciones de personas menos tóxicas, menos dañinas, menos violentas aunque incluso el discurso que le den en la escuela no tenga nada que ver con el que le dan en la casa, que no sea solo la educación de la casa la que crea a la persona, sino que la escuela tiene que meterse más profundamente en esos temas”, afirma.

A Maitena le cuesta bastante hacer ficción, “es la gran tarea que tengo que aprender en estos años” y por ello trabaja mucho con lo autobiográfico, con lo que sabe y conoce, “a partir de esas experiencias uno está hablando de las violencias, pero no puedo inventar a una mujer que el marido le pega porque no tengo esa experiencia; he recibido agresiones como todo el mundo pero no tengo la experiencia de esa clase de maltrato, entonces yo no puedo escribir eso, y como lectora también prefiero que lo escribo la persona que lo experimentó”.