Magda Briones: la maja mexicana

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Magda Briones: la maja mexicana

Ella quiso ser médico, pero logró ser mucho más que eso: musa, artista, activista ambiental, profesora universitaria

Teniendo como marco la versión flamenca del tema “A mi manera”, resurgió la belleza de la danza de una mujer emblemática en la Comarca Lagunera.

Se colocó en una de las esquinas interiores del cuadrángulo formado por mesas en donde se localizaban los invitados a su homenaje por cumplir 90 años de edad. Allí se  plantó con gran señorío y repasó con su mirada a los embelesados asistentes.

Luego inició su magia. Poco a poco, como un poema, elevó sus brazos y se desplazó por el cuadrante, brindando una sonrisa abierta y salerosa. Con los ojos cerrados y sus brazos replegados a su torso nacieron una y otra vez los adornos de sus manos yendo a los lugares en los que se situaban dos jóvenes bailaoras que la acompañaron.

Su intervención artística fue un regalo inesperado que fue premiado con aplausos por los asistentes. Fueron escasos 100 segundos los que transcurrieron en el embrujo de su danza pero, gracias a que fueron grabados, esos segundos perdurarán para siempre.

Hacía más de 50 años que Magda Briones no desplegaba sus ondulantes brazos y manos en público a través de la danza porque en plenitud de su belleza y talento, decidió dejar el tablao para apoyar a doña Cuquita –su madre– en el negocio de la familia.

Magda encontró su primer camino a la trascendencia en las fiestas de La Covadonga en Torreón, en las que siendo casi una niña un caballero español la sacó a bailar para enseñarle jotas aragonesas. De allí en delante y por cuenta propia empezó a crear sus danzas hasta que llegó a los escenarios locales; posteriormente realizó estudios profesionales de danza flamenca por tres años en la Madre Patria.

Encontró el amor en Arnold Taylor, el hombre con quien se casó en Europa y le produjo óleos en los que plasmó su temple y personalidad. Ya en Torreón se disolvió formalmente esa unión cuyas raíces emocionales han perdurado hasta después de la muerte del inglés. En ese tiempo abrió una academia de danza. Fue la primera maestra de Pilar Rioja.

María Magdalena Briones Navarro nació en Durango, Durango, el 16 de septiembre de 1926. Siendo muy pequeña, su madre la llevó a radicar a Torreón, Coahuila. Luego de dejar su carrera artística estudió en la UNAM la profesión de socióloga.

Después de estos estudios y de trabajar en la capital del País, retornó a la tierra donde vivió su infancia y juventud para no abandonarla jamás. Fue maestra de tiempo completo en la UAdeC y la primera directora de la Casa de la Cultura de Torreón.

Es pintora y dramaturga. Sus obras de teatro “Hipótesis”, “A veces es nunca más” y “Mar de niebla” fueron escenificadas con éxito. En la actualidad doña Magda dedica más de cinco horas a la lectura para enriquecer el libro que se encuentra escribiendo.

Ha recibido reconocimientos dentro y fuera de Coahuila, el último de ellos fue la Medalla al Mérito por el Fortalecimiento del Patrimonio Integral “Juan Bautista Chapa”, que le otorgó en noviembre de 2015 la Asociación Estatal de Cronistas Municipales de Nuevo León.

Presidió asociaciones civiles en pro del medio ambiente y sigue siendo la líder moral del ambientalismo en la Comarca Lagunera. 

Tuvo que luchar consigo misma para encontrar su lugar en el medio universitario durante una época en la que simplemente era improbable que una señorita bien cursara estudios superiores. Ella quiso ser médico, pero logró ser mucho más que eso: musa, artista, activista ambiental, profesora universitaria y maestra de muchos a quienes introdujo en el pensamiento crítico. Magda Briones, la maja mexicana, es generosamente interminable.