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Mafias colombianas enganchan a venezolanas y las traen a México
Las mujeres venezolanas que son explotadas sexualmente en México pasan primero por las manos de criminales colombianos , quienes las enganchan, les ayudan a salir de su país y luego las colocan en manos de las mafias locales, de acuerdo con el informe: Trata de personas, trabajo forzoso y esclavitud moderna e investigaciones de ONG.
“Colombia tiene un rol fundamental para las redes criminales de la trata de personas con fines de explotación sexual comercial, porque es la puerta migratoria de los venezolanos”.
La colombiana Olga Amparo Sánchez, coordinadora de la Corporación Casa de la Mujer, una institución no estatal de Colombia dedicada a la defensa de los derechos femeninos, aseguró que la trata de personas para la explotación sexual comercial “está relacionada con microtráco de drogas y de armas, paramilitarismo, con las bandas criminales y la venta de la virginidad de niñas de 11 y 12 años”.
A partir de la crisis política, económica y social por la que atraviesa Venezuela —que se recrudeció en los últimos años y atizó la migración desde ese país—, miles de mujeres han caído en condiciones de vulnerabilidad económica y social, lo que ha sido explotado por cadenas criminales que las enganchan con falsas promesas laborales y nancieras para llevarlas como primera escala a Colombia, donde las distribuyen a diversas ciudades de ese país y a centros de prostitución en el exterior, entre los que está México. Consultada al respecto por este diario, la Policía Nacional de Colombia remitió a la Dirección de Investigación Criminal, la cual indicó que no cuentan con información del tema.
El informe elaborado por Borge y Aya señala que “desde Venezuela se están captando y extrayendo venezolanos y venezolanas para ser explotados en otros países, especialmente con destino a Centroamérica, Asia y algunos países del antiguo bloque soviético, donde las redes de explotación y delito organizado están sumamente desarrolladas”. Las víctimas, puntualiza el documento, “provienen de las zonas económicamente más desfavorecidas del país, donde son captadas ofreciéndoles a ellas o a sus familiares mejores condiciones de vida, la mayoría de las veces para el trabajo en bares y locales nocturnos”. Aya aseveró que por la creciente vulnerabilidad de la población venezolana, “cualquier oferta laboral en dólares es atractiva” y el primer paso es sacarlas del país. “Los vuelos en Venezuela están restringidos y son muy onerosos. Por eso las venezolanas salen por tierra hacia Colombia y luego se van de Colombia hacia los demás países”, precisó.
La tragedia venezolana Según Lilián Aya, la mayoría de las víctimas son venezolanas con edades que oscilan entre 12 y 35 años, con la migración ilegal como tarjeta de presentación y que “se convierten en blanco fácil para la manipulación y control, puesto que en muchas ocasiones sus familiares desconocen los verdaderos paraderos y el supuesto ‘trabajo’ que desempeñan sus hijas”, precisó. Borge, por su parte, relató a este diario que las mujeres son las víctimas más vulnerables en “este tipo de esclavitud” con redes que “están aprovechándose de la miseria y de la desesperación de los venezolanos. “Sí sabemos, porque hemos tenido casos de fuente directa, de todo el vandalismo criminal en la frontera [entre Colombia y Venezuela] en los dos lados y que toma provecho de las personas migrantes con la extorsión y la prostitución forzada. Colombia es la puerta de salida de los venezolanos. La frontera es espacio de tránsito que abre camino para abusos, arbitrariedades y violaciones a los derechos humanos”, describió.
El número de víctimas del negocio aumentó más de 300% en dos años, ya que de un recuento de 60 mil 900 venezolanos de ambos sexos que sufrieron trata de personas de 2014 a 2016, se pasó, en 2018, a 198 mil 800 y la proyección es que si este proceso no se detiene, en 2020 llegará a 600 mil, casi 2% de la totalidad de habitantes de Venezuela, denunció Borge. En el escalafón mundial de prevalencia de trata de personas, Venezuela se ubicó en el puesto 18, pero es el segundo de América del Sur, sólo superada por Perú. Del total contabilizado en 2018, 70% es población femenina y 25% es menor de edad, de 7 a 14 años, señala. Hay casos de mujeres indígenas venezolanas “que son entregadas por sus familiares desde muy jóvenes para trabajar en labores domésticas, con la nalidad de que obtengan mejores condiciones de vida. Muchas de estas jóvenes terminan siendo explotadas laboralmente y, en algunas oportunidades, luego de colocarlas en casas de familia son llevadas por los tratantes a locales nocturnos para el trabajo sexual”, de acuerdo con el informe Trata de personas, trabajo forzoso y esclavitud moderna.
En la explotación sexual comercial, algunas son engañadas y otras sí saben que se están involucrando en ese negocio, aclaró. “Estamos identicando a mujeres transexuales que saben que van al exterior con una oferta de trabajo sexual, pero lo único es que las condiciones cambian y se convierten en explotadas sexuales comerciales, porque están connadas en un patio, no ganan el dinero que se supone que iban a ganar y porque las ofertas son engañosas”, agregó Aya.