Maestros, por una nueva humanidad en la educación: cuidar la tierra, proteger la vida

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Maestros, por una nueva humanidad en la educación: cuidar la tierra, proteger la vida

Ser maestra lo expreso en femenino porque hubo un tiempo en que la profesión era abrumadoramente en su mayoría ejercida por mujeres, me pueden refutar y sostener que eso fue hace mucho tiempo, es cierto, porque los tiempos cambian, aunque ahora de 2 millones 266 mil docentes, el 62 por ciento son mujeres y el 38 por ciento hombres.

A todos los maestros de México que trabajan por una sociedad justa y democrática"

Ahora, quizá nunca vivimos tiempos de cambio esperando terminar el confinamiento y regresar a la “normalidad”, aunque me parece que no habrá tal cosa.

Por lo pronto la educación está atrapada en carencias, en disyuntivas un tanto impredecibles, no obstante, de alguna manera tendrán que resolverse los dilemas.

El refrán de que la educación de los infantes comienza en el hogar es cierto, ahí se inicia la formación de la o el sujeto, quien a causa de la incorporación de los padres en el mundo laboral, muy pronto son inscritos en las instituciones educativas, las guarderías primero y luego todos los grados posteriores, de manera que los o las maestras intervienen en la formación humana durante una larga etapa del aprendizaje infinito del sujeto humano.

Este Día del Maestro es sui géneris, de un singular significado, el confinamiento a causa del COVID-19 ha modificado el modus operandi de las actividades escolares, la ilusión de que todas las asignaturas se transmiten por internet vino a transformar la actuación del docente; en las actividades presenciales el maestro era el motor y actor del aprendizaje, ahora los alumnos han adquirido un grado de libertad insospechado, sobre todo si los padres no están con ellos para orientarlos y guiarlos.

He visto a las madres, que están en casa, cómo se convierten en las conductoras de los infantes y adolescentes en sus clases en línea y no es nada fácil, actuar presencialmente como maestras para resolver problemas o despejar incógnitas es complejo, porque ellas por lo general hace tiempo que pasaron por eso y aumenta el estrés, que de por sí no es poco en el aislamiento.

He sabido de escuelas particulares de preescolar que no están impartiendo ningún tipo de instrucción por internet a sus alumnos y, sin embargo, están cobrando las colegiaturas, lo cual es un timo.

¿Quién es un buen maestro? Los pedagogos lo describen como alguien que sabe desempeñar su papel, como un actor, es el que conoce sus roles y sus funciones en la clase, el que ha estudiado bien en qué consisten sus roles, el que estudió y conoce al dedillo los materiales que expondrá, el que ha preparado formas creativas para insuflar vida e interés a sus objetivos y contenidos.

Las y los maestros no son sólo transmisores de conocimientos, saben que son formadores de humanidad, la cual implica la adquisición de normas, hábitos y costumbres, los valores básicos para la convivencia, la libertad, la justicia, la honestidad, la verdad, la responsabilidad, una moral que será el faro de la existencia de sus alumnos.

Los valores enunciados van precisamente en contra de lo que vive hoy la sociedad mexicana, la corrupción, la violencia, la intolerancia, la mentira, la violación a las leyes, el atropello a los derechos humanos.

Con estas consideraciones, la vuelta a la normalidad una vez pasada la emergencia sanitaria implicará reconvertirnos, aprender y enseñar a dejar atrás la autodestrucción, respetar la vida, promover la cooperación, la solidaridad y todo lo que nos une a la naturaleza, porque eso somos naturaleza.

Maestros, la universidad de la vida nos convida a emprender una nueva carrera y dar una nueva cátedra, cuidar la tierra, proteger la vida. Feliz día.