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Madre Teresa de Calcuta, entregada a los necesitados
Una de las anécdotas más difundidas de la Madre Teresa de Calcuta es aquella que refirió un periodista que la estaba entrevistando mientras ella limpiaba de gusanos la pierna de un moribundo. “Yo no haría eso ni por un millón de dólares”, le confesó el reportero, a lo que la monja respondió: “Por un millón de dólares, yo tampoco lo haría”.
El pasaje refleja que Agnes Gonxha Bojaxhiu, nacida en la actual Macedonia en 1910 y fallecida en la India en 1997, fue entregada a los más pobres.
Ante miles de personas congregadas en la plaza de San Pedro del Vaticano, hoy por la madrugada el papa Francisco proclamó santa a la Madre Teresa de Calcuta, quien viajó por todo el mundo y se entrevistó con los más poderosos para impulsar la labor de las Misioneras de la Caridad, la congregación que fundó en 1950 y por la que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1979.
Se cierra así un círculo que se abrió el día de su muerte, el 5 de septiembre de 1997, cuando millones de personas acompañaron sus restos mortales por las calles de Calcuta y jefes de Estado de todo el mundo acudieron al funeral.
Debido a la presión popular y al carisma de la Madre Teresa, el papa Juan Pablo II decidió, mediante una dispensa papal, que el proceso de beatificación se iniciara a los dos años de su fallecimiento, y no a los cinco como establece el Derecho Canónico. Él mismo la declaró beata en 2003 tras reconocer un milagro en la curación de Mónica Bersa, una mujer india de 34 años que padecía un tumor en el abdomen.
Al igual que Bersa asistió en 2003 a la ceremonia de beatificación, en la de canonización estará presente el brasileño Marcilio Andrino, cuya extraña curación se ha adjudicado por el Vaticano a la intervención de la Madre Teresa.
Con información de agencias