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Luché mucho para lograr la educación especial: maestra
María Carolina Barrientos Castillo es una de las maestras que impulsó en Coahuila la educación especial en el nivel Preescolar, a lo que se dedicó por alrededor de 30 años.
Originaria de Piedras Negras, decidió estudiar para maestra y mudarse a Saltillo porque le gustaba convivir con los niños, pero no sólo sentía la necesidad de ayudarlos a conocer las letras, los números o enseñarles a leer, sino que le importaba apoyar a los menores que tenían problemas de lenguaje o de conducta.
Es por eso que en el año de 1972, la invitaron a participar, junto con otras educadoras del país, en un curso en el Hospital Psiquiátrico Infantil en el DF, donde estuvo 2 años.
En enero de 1974, regresó a Saltillo a compartir el conocimiento que había adquirido sobre el apoyo a los niños que requieren educación especial que, inicialmente, se llamaban laboratorios de psicología y psicopedagogía.
“Cada año llevaban educadoras de todo el país a tomar ese curso, que era desde junio hasta diciembre. La finalidad era trabajar en jardines de niños, que era muy difícil. Yo soy de Piedras Negras, pero por cuestiones de cómo se manejaba el estado, primero vinimos a la capital a implementar ese nuevo sistema y luego lo llevamos a mi ciudad de origen”, refirió.
Comentó que actualmente la vocación o el gusto por servir por parte de los nuevos maestros, se ha perdido con el paso del tiempo.
“Luché mucho para que se hiciera en Piedras Negras lo que era la educación especial en Preescolar”, comentó Barrientos Castillo.
La maestra comentó que actualmente la vocación o el gusto por servir por parte de los nuevos maestros, se ha perdido con el paso del tiempo.
“La misma vida los está llevando a ser un maestro ‘de quincena’, que solamente trabajan por su pago, pues al ser diferente el mismo gremio los hace a un lado y tienes que ir con el grupo, pero eso es muy triste”, expresó.
SI VOLVIERA A ESTUDIAR, SERÍA PARA SER MAESTRA OTRA VEZ
María Elena Laguarda Aguirre es una maestra que, aunque no se ha dedicado toda su vida a dar clases, asegura no haberse equivocado de carrera.
“Creo que nunca me equivoqué de carrera, para mí ser educadora fue lo máximo. Sentí que estudié lo que debí haber estudiado. Me siento muy orgullosa de ser maestra. Si volviera a estudiar sería maestra otra vez”, comentó.
La profesora originaria de Ramos Arizpe, comentó que, luego de graduarse, comenzó a trabajar en el Jardín de Niños Profesor Francisco Padilla en ese municipio, después como directora comisionada y los últimos años como directora liberada.
“Trabajé únicamente 21 años, por razones personales dejé de trabajar en el sistema educativo, pero seguí incorporándome en clubes de servicio: en la Mesa Redonda Panamericana, en el Club Magisterio, en talleres de historia y otras actividades”, expresó.
Considera que los maestros “de antes” tenían un sistema rígido en la Escuela Normal: “En aquél entonces no te fijabas en horario de trabajo, lo que tenías que hacer extraescolar lo hacías con gusto. Y eso era porque teníamos vocación y espíritu de servicio y eso nos lo inculcaban en la Normal”, comentó.
Aunque también considera que, académicamente, los profesores de hoy tienen más preparación, ya que ahora también hacen la Preparatoria, anteriormente salían de la Secundaria y estudiaban la Normal.