Los yaquis quieren pervivir
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Los yaquis quieren pervivir
Volví al Valle del Yaqui. Luego de cuatro horas por tierra desde Hermosillo, Sonora, llegué primeramente a Ciudad Obregón, municipio de Cajeme, palabra que se traduce de la lengua yaqui como “el que no bebe”. Lo primero que se observa a la entrada de esta ciudad es una enorme escultura que representa a un hombre llevando sobre su cabeza una en miniatura de venado a la manera de los danzantes tradicionales del pueblo yaqui.
El propósito de la visita era conocer a las autoridades del Instituto Tecnológico Superior de Cajeme (ITESCA) porque próximamente se firmará un convenio para establecer acuerdos conjuntos y establecer un Centro Holístico en el pueblo de Rahum. Esta figura es una instancia de educación no formal que la fundación Mundo Sustentable A.C. ha creado para participar en pueblos originarios y en comunidades rurales.
Un Centro Holístico permite la vinculación entre la fundación referida y los integrantes de la población, en donde son los mismos beneficiarios quienes deciden lo que se va a enseñar en talleres o en foros, o simplemente a través de prácticas de producción sustentable.
Básicamente en este lugar se dimensiona y ponen en valor las expresiones de identidad cultural y el patrimonio natural de las comunidades en las que se ubica este constructo, en el que siempre hay una universidad o entidad académica como par consistente.
Pronto se inaugurará el Centro Holístico del Pueblo Yaqui. El lunes 31 de octubre estará el Gobernador Yaqui de Rahum, vecinos del poblado y académicos entre ellos el doctor Martín Villa para dar a conocer lo que se ofrecerá en este lugar. También se invitará a Claudia Pavlovich Arellano, gobernadora de Sonora.
Después de saludar a las autoridades del ITESCA, se presentaron en una sala tres proyectos que están fincados en la realidad yaqui: un diccionario para trasladar de la lengua nativa a la lengua castellana y viceversa; una plataforma para promover pequeños emprendimientos económicos con base en la cultura local del objetivo de redistribuir el ingreso y un proyecto para establecer parques alineados a la diversidad biológica del Valle del Yaqui, privilegiando a las especies endémicas. Observé que hay un largo tramo de trabajo realizado pero que faltan fondos económicos para consolidarlo.
Concluyó la visita al ITESCA y nos enfilamos hacia la preparatoria del pueblo de Pótam. 18 jóvenes habían estado practicando las danzas de Pascolas y de Nayarit. No lo sabía pero tenían horas esperándonos para ofrecernos sus avances artísticos.
Sencillamente me sorprendieron. Tres adolescentes ejecutaron la danza de los pascolas y el venado de manera tradicional, sin la reinterpretación que hiciera Amalia Hernández para el consumo de los turistas en el Palacio de Bellas Artes. A la par de ellos, un grupo también de jovencitos hizo presencia con violín, guitarra y percusiones. Luego las danzas de Nayarit, difíciles de interpretar como la “Danza del cuchillo”.
Un joven de 18 años que los dirige me explicó las actividades que tienen que desarrollar para obtener fondos económicos y adquirir vestuarios e instrumentos musicales. Soy testigo de un gran esfuerzo. Todos ellos son excepcionales porque la condición para participar es tener buenas calificaciones. Algunos tienen que caminar cuatro kilómetros para llegar a los ensayos.
Las personas adultas que luego me recibieron en Rahum, incluyendo al Gobernador, enlazan los apellidos originarios con los castellanos, pero mantienen la forma de gobernar de sus mayores en estricto apego a las costumbres ancestrales.
Allí cuentan las mujeres que en grupo hacen presencia en las decisiones. Son ellas las que solicitan, a través del Secretario de Gobierno, apoyo para que se contrate a un maestro de canto que enseñe a los niños las canciones para la “Danza del coyote”. En segundo término solicitan computadoras y comentan, siempre por medio del citado Secretario, su preocupación, pues los jóvenes están adquiriendo modismos estadounidenses en su habla: urge que se enseñe a escribir yaqui y reforzar su lengua, dicen. Tal vez estoy ante los últimos yaquis y eso me preocupa.
Por fin, las mujeres interactúan directamente conmigo. Signo de confianza.