Los umbrales de satisfacción en México, es lo que nos hace diferentes
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Los umbrales de satisfacción en México, es lo que nos hace diferentes
El lugar (el país, la ciudad, el barrio) y las circunstancias de nacimiento de los seres humanos (familia, condición social, clase, etnia, raza, etc.) donde se nazca, depende de la casualidad. Esto será determinante de la vida futura de las personas. En México, quienes nacimos en los estados del norte por lo general tenemos acceso a un mejor nivel social y económico que los del sur. Y los que nacen en los estados del sur, tienen el privilegio de contar con grandes riquezas naturales y mayor diversidad cultural. Sin embargo, los niveles de satisfacción están marcados por abundancia en el norte y precariedad en el sur. Es común que algunas personas a las que les ha tocado vivir en condiciones favorables, y poco o nada han sufrido penurias para salir adelante en la vida, critiquen a quienes viven en pobreza, según ellas porque no buscan empleo, y en lugar de eso piden limosna.
Hay quienes llegan a decir que: “el gobierno debería prohibir a los pobres tener hijos. Si no pueden crearlos decentemente mejor que no los tengan. El pobre es pobre por flojo. Mientras que el rico lo es por trabajador, inteligente y emprendedor.” Es decir, “el que quiere, puede”. “¡Ellos no quieren!”
En Saltillo existen familias que tratan a las trabajadoras domésticas como si fueran esclavas y les tienen platos especiales para que en ellos coman, no los que usa la familia. Y su porción de alimento, en ocasiones son las sobras que quedan en cada platillo de los miembros de la familia. Y el trato a los empleados es en muchos casos denigrante. Esta actitud es un ejemplo claro de la falta de consciencia y quienes piensan así, comentan que no hay justificación alguna para que el gobierno (o cualquier persona) les den apoyos o beneficios sociales.
La situación en México es más complicada de lo que pudiera parecer a simple vista. En un artículo mío que se publicó en Vanguardia el 23 de junio de este año, comentaba dos formas de pensar y de emitir un comentario sobre un tema. Una es pensar de manera lineal, esto es sin hacer un análisis o sin conocer una serie de elementos que pueden describir el tema y hacer el comentario. Y la otra el pensamiento sistémico, o sea que antes de emitir un comentario se analice el entorno y las variables sobre el tema en cuestión, identificando el porqué de las cosas.
Actualmente estamos viviendo descalificaciones, insultos, denigración y hostilidad, hacia un presidente identificado con la izquierda que llegó al poder en 2018, como resultado del hartazgo y la frustración que vive la mayoría de la población, ante la falta de cumplimiento de las demandas sociales y económicas, así como de la creciente violencia y la generalizada corrupción, de los últimos 36 años.
Como consecuencia, nuestro país tiene en la actualidad niveles de pobreza y desigualdades mayores que en 1977, con el subordinamiento de los gobiernos a los intereses de los grandes capitales, nacionales e internacionales.
En un artículo de Máximo Ernesto Jaramillo (Candidato a doctor en Ciencias Sociales por El Colegio de México y economista por la Universidad de Guadalajara) publicado en la revista Nexos, analiza “Lo que el neoliberalismo nos dejó” y señala que la desigualdad de ingresos en México es de las más altas a nivel mundial. Mucho se ha escrito al respecto, tanto en términos cuantitativos como cualitativos. Pero no sólo es nuestra sociedad de las más desiguales actualmente, sino que la situación ha empeorado en las últimas décadas. Es claramente inmoral que en nuestra sociedad cohabiten (y no necesariamente convivan) individuos en la extrema opulencia y en la extrema pobreza. Señala el investigador Jaramillo que, con solo los programas de: Pensión para adultos mayores y Jóvenes construyendo el futuro, podrían disminuirse hasta 5 millones de personas en pobreza extrema y total.
El comportamiento de los que agreden y vociferan consignas en contra de lo que hace el Gobierno Federal, indica que estamos al borde de una polarización entre quienes–pensando linealmente– animan a la profundización del odio sin apelar al razonamiento de las grandes diferencias en los umbrales de satisfacción, que existe entre la población y quienes condenan a aquellos, Por lo tanto debemos de preocuparnos ¿Quiénes serán los primeros en llevar a cabo un linchamiento?
Vivimos una transición hacia un estadio de cambio, no solo de régimen sino de manera de pensar y de actuar, donde se viven distintas realidades y se ataca con furia aquello con lo que no se concuerda. Se plantea un alejamiento a partir del juicio a priori, asumiendo que lo diferente es ponzoña, sin asumir que nuestra sociedad podría estar en riesgo de fractura, si no estamos conscientes que debe prevalecer la concordia y el acuerdo. Lo cierto es que estamos saliendo del neoliberalismo. Pero la pregunta es: ¿Sabemos que es realmente el neoliberalismo? De eso nos ocuparemos en nuestra siguiente colaboración.
rodolfogarzag630
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