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Los últimos glaciares estables de Groenlandia aceleran su deshielo
Los últimos glaciares estables de Groenlandia, situados tan al norte que aún escapaban al impacto del cambio climático, han acelerado su deshielo en la última década. Un estudio con datos de los últimos 40 años muestra que el aire y aguas cada vez más cálidas están socavando los cimientos de uno de los mayores glaciares de la isla. Es tan grande que, si se derritiera, por sí solo elevaría el nivel del mar medio metro.
Los daneses y los científicos lo conocen como Zachariae Isstrøm, que se podría traducir como la corriente o río de hielo de Zacarías. Junto a otro glaciar de nombre impronunciable para un español (Nioghalvfjerdsfjorden o NG), drenan el hielo que se acumula en el nordeste de Groenlandia. Para los científicos, el estudio de los dos glaciares es fundamental por tres razones. Combinados, ocupan más de 200.000 Km2 y acumulan el 12% del hielo que hay en Groenlandia. El análisis de su evolución puede servir como representación de toda esta enorme isla, tan grande como casi cinco veces España. Además, los glaciares de la cuenca nordeste parecían estables hasta ahora.
Combinando datos obtenidos por diversas misiones satelitales, aéreas y sobre el terreno, investigadores de varias universidades de EE UU han podido comprobar como aquella estabilidad se está rompiendo. A mediados de los años setenta, primera fecha con datos fiables de la zona, Zachariae Isstrøm mostraba un ritmo pausado y sostenido de avance hacia el mar. Su imponente frente de decenas de kilómetros se adentraba en el mar como sin miedo. Su línea de tierra, el punto donde el glaciar empieza a flotar sobre el agua, se encontraba medio kilómetro por debajo del nivel del mar. Su muerte en el océano era lenta, de unos pocos metros al año.
Sin embargo, desde finales del siglo pasado, todo en Zachariae Isstrøm ha cambiado. La línea de tierra no ha dejado de retroceder en favor del mar, en especial, en los últimos cuatro años. En 2002, una gran porción del glaciar se desgajó en decenas de grandes icebergs. La quiebra de nuevas partes ha aumentado en la última década. En 20 años, el grosor de la capa de hielo a la altura de su línea de tierra se ha reducido en unos 200 metros. Todo eso hace que el curso del glaciar hacia el mar se haya acelerado y con esto, la descarga de hielo. Tal y como publican en la revista Science, los investigadores estiman que Zachariae Isstrøm pierde 5.000 millones de toneladas de hielo cada año.
"El glaciar se está fundiendo por el aumento constante de la temperatura del aire y las corrientes oceánicas que portan aguas más calientes", dice el investigador de la Universidad de California Irvine y principal autor de la investigación, Jeremie Mouginot. "Empezó a acelerarse después de que perdiera la capa flotante en 2002, pero esta aceleración se ha intensificado desde 2012, cuando el glaciar se separó del zócalo del lecho marino sobre el que descansaba", añade.
Así que el río de hielo de Zacarías está siendo erosionado, por arriba, por un aire más caliente y, por debajo, por unas aguas cada vez más templadas. Otros estudios han mostrado que la temperatura de la corriente atlántica que sube hasta el Ártico por esta zona se ha elevado en un grado desde 1997.
En cuanto a su colega de cuenca, el glaciar NG, su dinámica es esencialmente la misma aunque más moderada. Tanto su velocidad de avance al mar como la retirada de su línea de tierra se ha acelerado. El grosor de la capa de hielo también se ha reducido. Pero en los tres procesos, sus cifras son muy inferiores a las que presenta Zachariae Isstrøm.
"Nioghalvfjerdsfjorden muestra signos más pequeños de aceleración, pero el glaciar también se está derritiendo por abajo", aclara Mouginot. Para los investigadores, el hecho de que esta fusión subglacial no se haya traducido todavía en aumento de su avance al mar podría ser circunstancial. "Su lecho se eleva en sus primeros 10 kilómetros tierra adentro, mientras que el de Zachariae tiene pendiente negativa", explica el investigador galo. Además, la geografía del fiordo protege la capa de hielo. "Sin embargo, es muy posible que NG y Petermann (otro glaciar importante en el norte de Groenlandia) sigan el camino de Zachariae Isstrøm en las próximas décadas", añade.
De ser así, los últimos glaciares estables de Groenlandia dejarían de serlo, aportando una cantidad creciente de hielo al mar y aumentando su nivel. Cambios similares, incluso mayores, ya se están produciendo en el Sur, donde los glaciares están perdiendo hielo por el efecto combinado del deshielo en la superficie y el aumento de la descarga en el océano. En 2014, otra investigación cifró este deshielo en 243.000 millones de toneladas anuales. Pero lo relevante aquí, como dice Mouginot, es que "uno de los mayores glaciares del nordeste de Groenlandia, el más al norte, en un sector estable hasta ahora, está empezando a perder masa".
Por Miguel Ángel Criado / El País