Los trompetazos de Jericó

Usted está aquí

Los trompetazos de Jericó

Imbuido de espíritu bíblico, Jericó Abramo insiste, a puro trompetazo, en derrumbar las murallas priístas que ignoran la unidad partidista. Mientras el grupo “Todos los Saltillenses Unidos contra Miguel” (TSUM) aplaude desatado.

Sus trompetazos van contra Riquelme. En ellos utiliza el terror: “Sólo hay que voltear a ver otros estados que no lograron la unidad”. El regionalismo saltillense: “A nosotros sí nos interesa Coahuila, y nos interesa que gane el PRI”. La conciliación: “Tendí mi mano a todas y a todos los que aspiran a la gubernatura del Estado para que juntos construyamos una alianza ganadora”. La provocación: “Ojo con aquéllos que se creen ‘iluminados’ (a los cuales no les tengo miedo)”. Y la apertura para negociar: “Lo que no se vale es que el que gane no tome en cuenta a los demás, porque entonces se convierte en el gran solitario”.

Jericó soporta esas clarinadas con el argumento de haber sido un buen Alcalde con alta aceptación sin el apoyo de nadie. Pero ¿recordará que sus logros en la Presidencia Municipal (cero deuda en bancos y proveedores, fondo de pensiones estable, cerrar casinos y yonkes y hacer respetar el horario de venta de alcohol) son resultado, en gran parte, del trabajo colaborativo con el actual Gobernador?

¿O también habrá olvidado su relación con Humberto Moreira? Alfredo García escribe así: “Ya hay alguien que lo pregona/ Jericó es más de lo mismo/ como un tercer moreirismo/ de interpósita persona”. 

¿Qué busca Jericó con tanta estridencia? Cuando él sabe que la candidatura de Riquelme está blindada desde Los Pinos y que no habrá “piso parejo” en las elecciones internas del PRI.

¿Le preocupa la ausencia de unidad partidista? O simplemente aprovecha la debilidad de Enrique Peña Nieto y de Enrique Ochoa Reza para plantarle cara al candidato del Gobernador y, con ello, elevar los incentivos que le permitan negociar en una posición de fuerza para sí mismo y los integrantes del TSUM. 

El reto para ambas partes es claro: sin unidad en el PRI, de cualquier tipo, la derrota es más posible.