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Los superalimentos
Espaguetis que reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Guisantes que facilitan la digestión de las proteínas. Uvas más grandes, jugosas y resistentes. Son los nuevos superalimentos que multiplican y mejoran los nutrientes protegiendo nuestra salud.
Las nuevas tecnologías aplicadas a la alimentación están consiguiendo que las comidas y bebidas que consumimos a diario excedan, cada vez más, de la tradicional definición de los alimentos como cada una de las cosas o sustancias que los seres humanos y los animales toman o reciben para subsistir.
Elaboradas, cultivadas o producto de la granja o la pesca, las comidas y bebidas de última generación están dotadas de propiedades saludables y protectoras, ausentes en su forma más básica o natural, o de componentes destinados a preservar y multiplicar sus nutrientes, son auténticos superalimentos, como muestra una breve recopilación de las investigaciones más recientes.
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Investigadores de la Universidad de Granada (UGR), del Centro Tecnológico de Investigación y Desarrollo del Alimento Funcional (CIDAF) y las universidades italianas de Bolonia y del Molise, están desarrollando una pasta elaborada con harinas del grano de cereal entero de la cebada, que contiene más fibra, antioxidantes y proteínas que la pasta normal y ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, según la UGR.
“Un solo plato de esta superpasta permite cubrir el 70 por ciento de la dosis de betaglucanos, una fibra soluble que influye positivamente en los niveles de glucosa y de colesterol en el organismo, recomendada por la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA)”, según indica la química Ana María Gómez Caravaca, autora principal del proyecto e investigadora la UGR.
Un equipo de investigación internacional, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), ha obtenido guisantes que facilitan la digestiónde las proteínas, al conseguir que estas leguminosas tengan un contenido reducido o nulo de unos compuestos denominados inhibidores de proteasas, que bloquean la digestibilidad proteica.
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Para producir frutos grandes y jugosos sin que pierdan su textura y mantengan todos sus nutrientes, el doctor en biotecnología Eleazar Escamilla Silva, ha desarrollado en el Instituto Tecnológico de Celaya (México), ITC, un proceso biológico para producir fitohormonas (hormonas vegetales), un 60 por ciento más económico que los métodos actuales.
Mediante esta técnica, basada en un hongo que secreta fitohormonas de forma líquida, se logra producir, entre otras, el ácido giberélico, una hormona del crecimiento muy activa, que se agrega a los cultivos, ayuda a que las plantas y frutos aumenten su tamaño y actividad antioxidante y sean más resistentes, y se aplica a frutas como uvas, manzanas, fresas y cítricos.