Los suecos también saben reír
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Los suecos también saben reír
Por: MARISA AQUINO
Allan Karsson cumple cien años. Vive en una residencia y hoy le preparan una gran fiesta en la que asistirán el alcalde y la prensa local. Pero Allan decide cambiar de vida y salta con su mejor traje por la ventana y en tenis se larga. Llega a la estación de autobuses allí se hace con la maleta de un joven, que contiene cincuenta millones de coronas, comenzando así una novela simpática y crítica ante la época y los dirigentes que han guiado el mundo. A lo largo de las múltiples vicisitudes que vive Allan y sus acompañantes, él irá contando a sus compañeros de aventuras el mundo que le tocó vivir. El libro está escrito en clave de humor, con un lenguaje sencillo que alterna el presente con el pasado. El protagonista carece de toda opinión (política y moral), el motor de su vida es el aguardiente, le trae sin cuidado la destrucción o la muerte, su capacidad para conectar con la gente es asombrosa, pero su empatía nula. Llama la atención la crítica política que encierra, el disparate y las situaciones inverosímiles reflejan la incapacidad, ante la situación real del pueblo de “las grandes mentes” que han dirigido el mundo en el último siglo. Si nuestro abuelo es siniestro no lo son menos sus políticos movidos por una clara ambición, como dioses disponen de vidas y haciendas en lo que parece ser para ellos un tablero de ajedrez.
“Aunque había nacido y crecido en aquel lugar, nunca lo había sentido tan ajeno. ¿Acaso debía de cortar amarras con el pasado y seguir adelante sin mirar atrás? Sí, desde luego”.
El abuelo que saltó por la ventana y se largó
Autor: Jonas Jonasson
Editorial Salamandra, 416 pp.