Los símbolos de Abril
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Los símbolos de Abril
Llega con una suave brisa, como la que me surgió cuando conocí a Isabel y su olor a almendras, también con cielos astillados y un ligero toque de calor.
Este mes es ocasión de los aires tardíos y de las nieves olvidadas de muy al norte que luego llegan a recordarnos sobre su existencia.
Sus lunas son deformes, como salpicadas de polvo estelar y el conejo que habita su fase total me imagino sufre de inanición ya que surje con un aparente desgano.
Será también porque en algunos años, la Semana Santa aparece entre sus días y entonces el sacrificio del redentor ilumina mi fe y la trasmina de ese sudor invaluable de la cruz, los clavos, la corona y tu rostro Jesús de dolor y esperanza.
También es el mes de la poesía, múltiples ejemplos de su mimetismo en el tema, tan efectivo que en mi juventud el secreto me lo refirió Jose Martí y lo musicalizó Pablo Milanés: “Juega el viento de Abril gracioso y leve con la cortina azul de mi ventana: Da todo el sol de Abril sobre la ufana niña que pide al Sol que se la lleve. / En vano el Sol contemplará tendidos / Hacia su luz sus brazos seductores, / Estos brazos donde cuelgan las flores / Como en las ramas cuelgan los nidos”.
Es el tiempo de los niños tras el helado, de las plazas abarrotadas de ancianos, de las antiguas serenatas en la plaza de armas, de las risotadas de mis pequeñas hermanas con el hombre de la tuba, ante la mirada tierna de mi complaciente madre y el estate quieto de mí querido padre.
También de las primeras lluvias que inauguraran los cultivos y los dotarán de la necesaria fuerza a fin de crear y reproducirse.
El momento también donde despegan los sueños, en esa alegoría “Shakesperiana” de estar hechos de su misma sustancia. Considerando las cosas como otra vida, como la sensación más pura de vivir cada día de diferente forma y ser alguien distinto, por momentos ágil, grácil, por otros desigual y atrevido; se escucha por decirlo así, un leve rumor desde la lejanía que la vigilia no aguanta, un suave soporte hace inmortal por unas horas. ¿O estaré equivocado?
Por eso en Abril, me da por soñar con manantiales porque al decir de los ancianos, si logro beber del manantial y su agua es clara y fresca es que todas las necesidades serán satisfechas y si se me impide hacerlo es que todavía debo esperar algún tiempo antes de que se conviertan en realidad.
Y ¿cuál tragedia hay en ello?
¿O tal vez , en realidad se trate de esa actitud de Hawthorne en el relato de Borges que refería: “que fuera como un sueño verdadero, y que tuviera la incoherencia, las rarezas y la falta de propósito de los sueños” y que se maravilló de que nadie, hasta el día de hoy, hubiera ejecutado algo semejante.
Estos 30 días esconden un homenaje especial el día noveno, porque naciste Isabel y en ese acto vino el complemento de otra existencia que es la mía.
Por eso Abril es mi favorito, de eso no me cabe la menor duda, inflama mi razón para convertirla en el poema que te entrego, en esos matices que eres, mi pequeña alegría: “Varios colores te definen… Por ejemplo, adoro el tono de cielo que vive en tus ojos, cuando estás en casa. / Me gusta, el verde lagarto de tu actitud, de señora que educa a su hija. / Soy partidario del naranja teñido de tus desvelos. / Respeto el gris acero de tu temperamento. / Me adjudico el amarillo intenso de tu enojo o el rojo pálido de tus preocupaciones. / Estoy asombrado con el morado pardo que refleja tu sombra, mientras observo como caminas. / Y me derrite el marrón de tu figura. / No puedo opinar lo mismo, del negro intenso de tu lejanía, ni del blanco aparente de tus silencios que pausan. / Tampoco del magenta de tus desdenes, / En aquellos primeros intentos por vencerte.../ Aparecen así los colores que me dicen cómo eres...Y el arcoíris que formas cuando estas entera en mí... Fecha en que mi ser entero se ilumina……/ Feliz cumpleaños.