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Los secretos detrás de los productores de videos del Estado Islámico
Detractores del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) han revelado increíbles detalles de la máquinaria propagandística del grupo yihadista a través de una serie de entrevistas publicadas por el Washington Post.
El diario estadounidense accedió a la prisión donde siete hombres que pertenecieron a la división mediática del grupo terrorista actualmente cumplen condena, en Marruecos.
Los hombres detallaron cómo los camarógrafos, fotógrafos y editores ocupan cargos más altos en el grupo que los simples soldados encargados de cometer atentados, llevar el mensaje de ISIS a todo el mundo, y encargados de decapitar prisioneros.
Desde su sede en una casa de dos pisos en Raqqa, Siria, la división de medios supervisa cientos de reclutas -principalmente extranjeros- durante dos meses de entrenamiento militar y un mes de entrenamiento en los medios de comunicación.
Si aprueban el entrenamiento de medios -los ex yihadistas contaron al Post- los reclutas reciben un salario mensual de unos U$D 700 y un equipo traído de Turquía que incluye una cámara de fotos Canon y un smartphone Samsung Galaxy. A partir de entones, comienzan a recibir tareas diarias.
El resto de los milicianos, en cambio, reciben una paga de sólo 100 dólares por mes.
Los miembros de la división de medios son enviados entonces a los distintos puntos dentro del califato -territorios bajo control de ISIS en Irak y Siria-, para filmar decapitaciones, fusilamientos, o lo que sea necesario. Las tomas son colocadas en un disco duro y enviadas a alguna de las 36 oficinas donde otro grupo se ocupa de compilar y editar los videos.
Abu Hajer al Maghribi contó al Post desde su prisión en Marruecos que mientras formó parte del grupo recibió cada mañana una nota con el logo de ISIS y una misión. Entonces, quizás debía tomar una de las camionetas 4x4 de la organización para dirigirse a la locación asignada, utilizando su nota como una especie de "pasaporte" a través de los controles yihadistas.
Hajer describió, por ejemplo, haber filmado una ejecución masiva de soldados sirios en Taqba desde la ventana de su auto en movimiento, para obtener una imagen panorámica.
"No quieres hacerlo, pero sabes que no es posible decir que no", dijo al Washington Post.