Los problemas económicos del futuro inmediato de México

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Los problemas económicos del futuro inmediato de México

El último trimestre de este tormentoso año ha dado inicio y con él ha llegado un atisbo de crecimiento económico que se espera pueda ayudar a recuperar los empleos que tanto se necesitan. Sin embargo, también se vislumbran en el horizonte de México cinco grandes problemáticas que tendrán que ser sorteadas en el presente y en el futuro inmediato para que realmente se pueda pensar en que lo peor ya pasó.

El primer problema es financiero e involucra a los estados. La semana inició con la noticia de que Nayarit se declaró en moratoria de pagos. Simplemente el gobierno estatal se quedó sin dinero para poder pagar no sólo a proveedores, sino también a maestros y de no cambiar su situación, a sus propios empleados. Lo anterior es un gran asunto porque puede generar un efecto dominó en otros estados. La consecuencia de este hecho no es menor. Las calificadoras internacionales como Fitch o S&P están en el proceso de ratificar el grado de inversión de México y la moratoria de pagos de Nayarit no ayuda en nada. Tampoco contribuye a sustentar un discurso optimista entre los analistas económicos que simplemente un día tienen buenas noticias, para luego pasar a semanas de desgracias consecutivas. Ahora se verá si la 4T tiene la capacidad para rescatar un gobierno que se encuentra en un desastre económico, porque el gobierno federal no tiene recursos. Tampoco quiere pedir prestado y aquí está la primera consecuencia importante de esa decisión.

El segundo problema es la salida de capitales. Si bien la inversión en cartera ha estado saliendo paulatinamente, en esta ocasión lo importante no es el dato, sino la problemática que se está generando en el sector energético. La política de orientación monopolística autorizada desde el gobierno federal para que Pemex y la CFE se adueñen literalmente de la energía nacional, está llevando a considerar a empresas importantes del ramo, como General Electric y Blackstone, a retirarse del mercado mexicano. El argumento es que las condiciones originales ya no existen, que el gobierno actual no ha cumplido los compromisos pactados y esto les ha ocasionado a las empresas energéticas una pérdida. Además, se les han retirado los apoyos fiscales y las políticas contra las energías limpias inhiben un mercado equilibrado. Algunas de las empresas del sector ya han puesto a la venta sus proyectos en territorio nacional como la propia General Electric. Las pérdidas potenciales son más de mil millones de pesos. De consumarse sólo una parte de estas intenciones de retiro, nuevamente México queda mal parado en el mundo, disminuyendo la confianza en los inversionistas internacionales y reduciendo la oportunidad de modernizar el sector de la generación de energía.

El tercer problema que ya está prácticamente encima es el debilitamiento de la economía de Estados Unidos. Después del debate presidencial de los vecinos del norte, queda claro que el conflicto político no desaparecerá después de las elecciones, sea el resultado que sea. La recuperación del empleo en Estados Unidos desapareció en septiembre, donde se dio un repunte en el desempleo y la caída del consumo fue de más del 2%, afectando principalmente a la industria automotriz de México, que ya tuvo un crecimiento negativo del 0.5% en agosto. El propio presidente López Obrador ha dejado en claro que su esperanza para una recuperación más acelerada de México pasa por la recuperación norteamericana y su apetito por productos mexicanos. Si siguen así las cosas, el sector externo de la economía nacional se mantendrá con nulo crecimiento. Tampoco Europa es una opción por el momento. Con el rebrote de coronavirus no ha podido recuperar la inercia de crecimiento y por el contrario, países como Italia, Francia y España, ya han llegado a caídas tan importantes del ingreso que se empieza a hablar de hambruna en unas regiones de esos países.

El cuarto problema es que el sector servicios no se ha recuperado ni un ápice, pues la caída reportada por el Instituto de Estadística y Geografía supera el 20% como promedio del sector. Aunque la recuperación del empleo ha sido representativa en la manufactura y en el comercio, los servicios siguen sufriendo, sobre todo el turismo, donde hoteles, restaurantes y transportes siguen con una problemática para atraer clientes. La contingencia sanitaria ha golpeado muy fuerte a este sector que, pese al levantamiento de algunas restricciones, no ha generado la confianza suficiente en el público para atraerlos a sus localizaciones. Estados dependientes de este sector como Quintana Roo, Yucatán, Baja California y el propio Nayarit, están sufriendo las consecuencias. No sólo no hay ingresos para las empresas, tampoco los hay para los municipios y los estados por falta de impuestos. Hay que agregar que esto no ha terminado, se tienen que pagar aguinaldos y otras prestaciones de fin de año, ¿de donde podrán salir estos recursos?

Como último nubarrón, el problema de Pemex y la CFE, las empresas insignia de esta administración. El intento presidencial por volverlas monopolios fuertes, que sean los únicos oferentes, ha creado una serie de distorsiones en los mercados de la energía que van desde incongruencias entre precios nacionales e internacionales, hasta el deseo de empresas internacionales de retirarse del país. Tanto Pemex como CFE reciben una cantidad enorme de recursos públicos siendo que son empresas totalmente obsoletas y lo peor es que ese dinero no va a renovar activos o mejorar infraestructura, va al pago de compromisos patronales y sindicales. En pocas palabras, no habrá dinero que alcance para mantenerlas mucho tiempo más, pero mientras tanto se seguirán tirando recursos que podrían utilizarse en salud o apoyos a las microempresas.

Esta vez no se presentaron datos a propósito, sino los problemas que requerirán de datos para poder analizar alternativas de solución o de minimización de daños. La mejor noticia económica es que ya terminó el tercer trimestre.

Profesor de Tiempo Completo

Facultad de Economía, UAdeC