El domingo pasado VANGUARDIA publicó una nota donde señala la participación de personal del Instituto Electoral de Coahuila (IEC) en la capacitación de un grupo de personas que aspiran a ocupar los tres puestos de consejeros electorales que muy pronto quedarán vacantes en esa institución, entidad que está viciada de origen al igual que todos los OPLE (Organismos Públicos Locales Electorales) del país, porque los consejeros actuales fueron propuestos por los gobernadores de los estados, con la evidencia de que todos los designados habían salido de una sola computadora del INE, la del asesor del consejero Marco Antonio Baños, dando al traste con el objetivo esencial de este sistema, que era el de quitarle a los gobernadores el control de las elecciones locales.

No olvidamos que hace un año el periódico El Norte denunciaba la cooptación de los consejeros del IEC por el entonces gobernador Rubén Moreira Valdés y su infame testaferro David Aguillón Rosales, quien orquestó una campaña de linchamiento en contra de este columnista por criticar a su protegida, la consejera presidenta del IEC, Gabriela de León Farías, hija de un alto funcionario estatal, campaña que bien funcionó como distractor de la baja credibilidad del IEC, con la invención de una falsa heroína del feminismo y la consignación de un conveniente villano misógino.

¿Y dónde quedó el activismo feminista de esta consumada explotadora del lamento y la victimización? Doña Gabriela debe hacer más patente su praxis democrática y feminista. ¿Por qué no escribe artículos de opinión? ¿Acaso no le da permiso Aguillón?

Ahora, pues, de ser cierta la versión de que en el IEC están preparando a sus afines o recomendados, entonces ¿qué caso tiene que los verdaderos ciudadanos ajenos al poder público y a los partidos políticos respondan a la convocatoria del INE para competir si ellos mismos y el IEC ya están perfilando a los “palomeados”?

Mucha es la ambición por ocupar esos puestos burocráticos tan absurdamente remunerados, tan abusivamente recompensados en un país donde la mitad de los mexicanos sobrevive actualmente con menos de 95 pesos al día.

Y es que tenemos la democracia más cara del mundo, con una inmensa burocracia electoral cuyos sueldos rebasan al de presidentes de muchos países subdesarrollados y donde el costo de una sola elección rebasa el doble del costo por elector de un país como la India, donde votan más de 800 millones de ciudadanos.

Aun así, a pesar del alto costo de esta burocracia, es tal su proceder que siempre nos genera desconfianza, como ahora, cuando trasciende que en el IEC ya están perfilando a los “palomeados” de Rubén.

¿Por qué la ambición de ser consejero del IEC? Muy simple, porque sus sueldos rebasan por mucho el que devengará Andrés Manuel como presidente, es más, los consejeros del IEC se han asignado un sueldo mensual de 132 mil pesos, mucho más de los 95 mil que en promedio ganan los presidentes de repúblicas como Perú, Honduras, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. ¿Acaso no es un lujo tener a doña Gaby como presidenta?

Cierto, el cinismo es divisa y espíritu de cuerpo en el IEC.