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Los otros héroes de la pandemia
Los seres humanos solemos sacar lo mejor de nosotros mismos cuando enfrentamos alguna adversidad. La amenaza y el sufrimiento en común nos hermanan, generan lazos de solidaridad. El impacto del COVID en la salud y la economía, demuestran que la Humanidad es mucho más generosa y solidaria de lo que se piensa. Las buenas noticias también cuentan.
Si a héroes vamos, se llevan las palmas los trabajadores de la salud. Mujeres y hombres, médicos, enfermeras, personal administrativo y de intendencia que literalmente han puesto su vida en prenda y la de sus seres queridos. Muchos ya ofrendaron su vida, por su vocación de servicio a los pacientes que se ponen en sus manos. Pasan días enteros sin dormir, en un clima de tensión enorme, los de menor ingreso salen de casa temprano y regresan tarde. Muchos tienen que disimular su condición porque no faltan mezquinos, ignorantes y prejuiciosos que los agredan e insulten.
En muchos sentidos la pandemia hizo tabla rasa, el dinero pasó a segundo plano, tanto desde el punto de vista de quien paga o de quien cobra. El impacto ha sido de tal magnitud e intensidad, que, por momentos, recuperamos nuestra condición de seres humanos a la intemperie. La atención del semejante se hizo completamente necesaria, por solidaridad y por seguridad. Enfermo no atendido se convierte en riesgo para todos.
La pandemia ha traído consigo efectos colaterales. La economía de las familias es la más afectada. Miles de trabajadores están perdiendo su empleo o viéndose obligados a cerrar sus negocios. México no está solo en este escenario. El mundo entero atraviesa una crisis de proporciones incalculables. La economía estadounidense, la potencia mundial, cae a niveles históricos y ya se habla de un segundo paquete de estímulo económico.
En ese escenario adverso para la economía del vecino del norte, México esperaba un golpe fulminante, la caída drástica de las remesas que los trabajadores mexicanos en Estados Unidos envían a sus familias. Esas remesas, la exportación agrícola y automotriz, son los mayores ingresos de México. El Banco Mundial anunció en abril pasado que América Latina sufriría una caída en remesas del 20%. El escenario no podía ser peor.
Pero los analistas se equivocan cuando miden ciertas cosas. No es la primera vez que sucede y es de entenderse. Los diagnósticos no eran nada halagadores. No obstante y frente al desplome vaticinado, el Banco de México reportó que entre enero y junio de 2020 las remesas de nuestros paisanos tuvieron un incremento de 10.55%. Los analistas se equivocaron en un 30%. Ingresaron 19 mil 074 millones de dólares frente a lo ingresado en el mismo periodo de 2014 hacia acá: 17 mil 254, 16 mil 244, 14 mil 559, 13 mil 167, 12 mil 076 y 11 mil 626 millones respectivamente.
Importante destacar que esta inyección de recursos va directo al corazón de México. 56.75 millones de envíos que, en promedio son de 333 dólares, aproximadamente $7,500 pesos. Ese promedio refleja que el monto de envió aumentó un 5.6%.
Origen y destino de las remesas casi no muestran variación, salvo en un Estado. El 61.1% de los envíos procede de California, Texas, Arizona, Florida y para sorpresa mía, de Minnesota. Por lo que hace a los destinatarios, si bien las remesas benefician al país entero, se sienten con mayor contundencia en los estados de siempre: Jalisco, Michoacán y Guanajuato.
Estos trabajadores mexicanos en los Estados Unidos son los otros héroes de esta pandemia. No los políticos que todos los días publican en redes sociales para presumir que entregan apoyos a la población empobrecida, que no es otra cosa que el refrito de todos los gobiernos. No sería necesario, si la gente tuviera empleo, educación y oportunidades para salir adelante. Tampoco los que anuncian inversiones que les darán el ciento por uno, aunque resulten valiosas. Todo palidece frente al aporte acumulado por nuestros paisanos. Peso sobre peso, no hay forma de competir con ellos.
Los héroes son Juan, Lourdes o Miguel, se soban el lomo de sol a sol en los campos de California por amor a su gente. Por cierto, visiten la cuenta de United Farm Workers @UFWupdates, organización fundada por César Chávez. Ahí encontrarán abundantes historias de estos trabajadores “esenciales”, como ahora les llaman en Estados Unidos.
Estos héroes son muchachos que construyen casas, cambian techos y arreglan jardines a 45°C en Texas y Arizona. Son las miles de trabajadoras domésticas que, sin un documento de estancia, trabajan para familias de todos los orígenes que les abren las puertas de sus hogares para que trabajen con ellas. Estos héroes están en todas partes: restaurantes de Chicago y Nueva York, escuelas y universidades, en la policía y en el ejército.
56.75 millones de acciones sustentadas en el amor a la familia, alimentados por la querencia y el arraigo a sus comunidades. Saben que alguien los espera en casa, para ello trabajan. Estas historias no caben en la estadística, son variables del corazón que terminan por imponerse a la razón.
Twitter: @chuyramirezr
Jesús Ramírez Rangel
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