Los negros mascogos de Coahuila
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Los negros mascogos de Coahuila
La comunidad que vive en el municipio de Múzquiz desde mitad del Siglo 19 se esfuerza por conservar su identidad. No han tenido mucha suerte con los diversos Gobiernos, sobre todo con el federal, para que los coloque en el rango de grupo étnico y puedan pelear por los recursos que se otorgan a los pueblos indígenas.
Una prehistoria suya se adelanta en mucho a la historia que los unió a Coahuila. Ella consiste en que no pocos esclavos africanos empezaron a huir de sus amos que los maltrataban en las plantaciones algodoneras o tabacaleras de los estados del vecino país: Georgia y Carolina del Sur. Cuando el Parlamento inglés decidió que la esclavitud era mala y declaró que debía ser extirpada del planeta y que la Armada de su Majestad atacaría a los barcos negreros, los norteamericanos se alarmaron. Sus esclavos, por el contrario, empezaron a comentarlo en voz baja con no poca alegría.
Otros no se quedaron en el comentario y solitarios o en grupo abandonaban las haciendas y buscaban una nueva vida, o la muerte a manos de los cazadores de negros. Hacia 1830 había demasiados prófugos. Justo en esa década aparecieron en Boston y Filadelfia algunos periódicos abolicionistas que animaban a los esclavos a huir y refugiarse en el Norte. Esto les era muy difícil, no teniendo recursos para tan largo y peligroso viaje. Así fue como familias enteras se integraron en tribus indias como los seminoles o los creecks (sobre esto hay opiniones contradictorias; no me meto en eso). Éstos también eran perseguidos por los blancos para quitarles las tierras, lo que complicó en mucho la vida de los negros que andaban tras ellos. Hubo veces en que los indios fueron salvados por los africanos, que se destacaron por su arrojo en las batallas. Lo anterior consolidó la alianza.
Ambos grupos se refugiaron en Florida. Sus amos siguieron persiguiéndolos. De ahí que buscasen una solución más duradera. En 1843 llegaron a Saltillo a pedir asilo político. Debo aclarar que recientemente se había abolido la esclavitud en México de manera oficial. Añado, también, que de cuando en cuando llegaban sheriffs y simples cazadores a Saltillo exigiendo que se les entregasen los negros fugitivos y tanto el alcalde como el gobernador se negaron a apoyarlos mostrando la ley.
Se fueron asentando algunas familias en diversos lugares, primero cerca de la frontera, lo cual los exponía demasiado. Más tarde se les asignó otro lugar y luego uno más. Hicieron un viaje a la ciudad de México donde se encontraron con Maximiliano, lo que apareció en periódicos como noticia curiosa. El encuentro entre el emperador y los indios y negros (ya junto a kikapús) dejó como recuerdo un bello óleo.
Después que tuvo lugar la difícil guerra contra el imperio y que Benito Juárez logró, finalmente, dejar de huir para sentarse en la silla presidencial, tuvo una serie de acuerdos con diversos grupos de indios americanos y también con los negros. Juárez ya no confió en la buena voluntad de los vecinos, que continuaban enviando grupos indígenas bien armados a robar y asesinar en los estados fronterizos: Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Decidió entregar a kikapús y mascogos tierras, animales, aperos de labranza y también armas: debían combatir a los filibusteros tejanos y a los comanches. Tanto kikapús como negros mascogos se transformaron en temidos guerreros.
En los Estados Unidos los intelectuales han insistido en que usar la palabra “Black” o “Negro” aplicado a personas es una expresión racista. Creo que es una más de las exageraciones gringas: proponen cambiar la palabra pero no la situación de ellos. Cuando uno llega a visitar a la comunidad de Múzquiz aparece el rótulo: Negros Mascogos. Así que los descendientes de aquellos que (ahora sí podemos decirlo con toda la fuerza) decidieron dejar de ser esclavos para buscar la libertad se encuentran en Coahuila y reivindican su origen.
Hace 18 años Paulina del Moral publicó un libro sobre kikapús y mascogos. Ahora en la Universidad Autónoma de Coahuila se prepara otro con nuevos datos. Los negros mascogos merecen una atención especial y no nada más a través de una publicación. Sé que la tendrán.