Los muertos de la violencia ya no caben en los Semefo de Guerrero y cientos esperan apilados

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Los muertos de la violencia ya no caben en los Semefo de Guerrero y cientos esperan apilados

Foto: Tomada de Internet
La ola de violencia en el estado de Guerrero ha arrojado– tan sólo hasta el viernes pasado– 750 cuerpos al Servicio Médico Forense (Semefo) de Acapulco, Chilpancingo e Iguala, cuya capacidad es para 270 cadáveres

 La ola de violencia en el estado de Guerrero ha arrojado– tan sólo hasta el viernes pasado– 750 cuerpos al Servicio Médico Forense (Semefo) de Acapulco, Chilpancingo e Iguala, cuya capacidad es para 270 cadáveres.

El retraso de los Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado (FGE) en la práctica de los exámenes de genética forense, antropología y dactiloscopía también contribuye a que más cuerpos se apilen en los Semefos.

“Nosotros vemos que Servicios Periciales no tiene la capacidad o no tiene el personal suficiente para realizar las pruebas de genética, y nosotros tenemos la obligación de buscar apoyo por otro lado para poder resolver el problema que tenemos aquí”, dijo el director general del Semefo en Guerrero, Ben Yehuda Martínez Villa.

“Nosotros seguimos trabajando igual, a lo mejor estamos trabajando más tiempo porque se ha incrementado el número de cuerpos, pero en sí contamos con una estructura que nos permite hacer nuestro trabajo como corresponde y como debe ser”, agregó el funcionario.

Trabajadores de la dependencia revelaron que los 750 cuerpos que estaban en las cámaras frigoríficas de los tres Semefos– el número cambia según sean identificados o lleguen más cadáveres–, es una cifra “récord e histórica” que rebasa totalmente su capacidad, pues conjuntamente sólo pueden almacenar 270 cadáveres.

En el Semefo de Acapulco, según los empleados, hay cinco cámaras frigoríficas con una capacidad para 150 cuerpos; en Chilpancingo hay tres cámaras para 90 cuerpos– aquí, el viernes habían más de 200 cadáveres–; y el de Iguala tiene una sola cámara para 30 cuerpos. La suma de las tres instalaciones serviría para albergar 270 cuerpos, lo que contrasta con los 750 cadáveres que había repartidos el viernes entre las tres unidades.

Además, funerarias de algunas regiones del estado son habilitadas como Semefo para la recepción de los cuerpos, dijeron los empleados.

En noviembre pasado, el Semefo de Chilpancingo acumulaba al menos 600 cuerpos; el olor que se desprendía de ellos llegaba a las zonas aledañas, poniendo en riesgo la salud de los habitantes y empleados.

Ante esa crisis, el Gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, hizo que se incrementara el número de cámaras frigoríficas para el almacenamiento y el resguardo que marca la ley, para el mayor número de tiempo y para las prácticas periciales, sin embargo, la cantidad de cadáveres ya volvió a rebasar esa medida.

Martínez Villa explicó que el Semefo solamente se encarga del resguardo de los cadáveres y la que determina su salida al Cementerio Forense Estatal o a inhumaciones es la Fiscalía. “Yo no puedo sacar ningún cadáver o inhumarlo si no cuenta con todos los elementos para ser identificado”.

“Si entrego un cadáver sin ningún elemento pericial estoy siendo un irresponsable porque a esa persona nunca la vamos a identificar. Yo lo que estoy haciendo es inhumar cadáveres que cuenten con todo un expediente básico que nos permita identificarlo en cualquier momento, mañana, pasado, en un año, dos o en 10 años”, detalló.

Sin embargo, insistió que la aplicación de esas pruebas son las que se están retardando por Servicios Periciales, “desconozco por qué la Fiscalía las retarda más tiempo de lo debido, eso hace que yo tenga cada vez más cadáveres”, se quejó.

El funcionario vislumbró la posibilidad de pedir apoyo para las pruebas de genética a Servicios Periciales de otros estados del país con los que se reúnen periódicamente para dar seguimiento a los protocolos en cuanto al tratamiento de los cadáveres.

Agregó que también podrían recurrir a la Procuraduría General de la República (PGR), a la Escuela Nacional de Antropología, “o a amigos que tenemos en otros estados, como Puebla o el Estado de México, para que sus peritos nos ayuden a hacer la práctica de ese tipo de estudios periciales porque cada vez tenemos más cuerpos en reguardo”.