Los motivos del río
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Los motivos del río
El que domina, nomina. A finales del Siglo 16, los colonizadores europeos bautizaron como Valle de la Nueva Extremadura al hoy Valle de Monterrey. Entonces también nombraron como río Santa Catarina a lo que era una corriente de agua intermitente, límpida e inodora.
Los colonizadores venían de Santiago del Saltillo, y además del linaje sefardí se acompañaban de nobles tlaxcaltecas que conocían bien al Zahuapan, el río de sus mayores.
Desde siempre la comunidad asentada cercana al río Santa Catarina se afectó por sus inundaciones cíclicas, pero en la actualidad es más difícil prever la presencia de una inundación porque vivimos en condiciones de cambio climático. Lo subrayable es que el riesgo de que este río inunde las comunidades asentadas en sus márgenes sigue latente.
En el pasado reciente he atestiguado inundaciones. En 1988 por el paso del huracán Gilberto se generó una catástrofe que causó pobreza y muerte.
Si bien el hombre nunca ha podido controlar a la naturaleza, sí la ha dañado. Aunque existen daños ambientales irreversibles, en este momento tenemos que realizar acciones preventivas ante las contingencias naturales.
Quizá por ello después que acontecieron los hechos generados por el huracán Gilberto y para enfrentar la fuerza de las tormentas se construyó la presa Rompepicos en La Huasteca, municipio de Santa Catarina, obra que tuvo que pasar por decisiones de actores políticos de tres sexenios gubernamentales.
Esta presa se ideó en los tiempos del gobernador Sócrates Rizzo García; se construyó en su mayoría en el gobierno de Fernando Canales Clariond y se inauguró en julio de 2004 por el entonces gobernante José Natividad González Parás.
Cuando se pensó en la construcción de esta presa, lo que se buscaba era evitar que la corriente del agua llegara directamente al río Santa Catarina durante la presencia de huracanes y para contener los embates del equivalente a dos y medio de ellos; ya han pasado dos huracanes desde entonces, el Emily en el 2005 y el huracán Álex en 2010 que causó tanto impacto por sus estragos que el Gobierno Federal apoyó la remodelación de las avenidas que circundan el río.
Y mientras se hace largo el tiempo para construir otras presas similares, sobre todo ahora que sabemos que por los efectos del cambio climático cada vez surgen huracanes más potentes, se vuelve a poner sobre la mesa el desarrollo de construcciones recreativas sobre el lecho seco del río. Por lo visto algunas autoridades no han aprendido la lección y pretenden con fines electorales crear algo que pronto sucumbirá.
Ya el laureado historiador y cronista Israel Cavazos Garza declaraba que era absolutamente un error cualquier tipo de construcción allí. ¿Dónde están la sociedad civil y los expertos en temas de ingeniería hidráulica para debatir sobre este tema?
Se requiere de una consulta con validez jurídica para tomar decisiones sobre el río Santa Catarina y de la concurrencia de verdaderos expertos que propongan un plan de manejo.
El río tiene motivos prístinos alineados a las fuerzas de la naturaleza, por lo que no funciona que el que domina políticamente, determina. Es la ciudadanía con una buena base de información la que debe determinar asuntos que le pueden afectar grandemente.
Bastaría sólo comparar los beneficios sociales contra los costos sociales de lo que significaría hacer construcciones sobre el lecho del Catarina. Lo peor vendrá cuando las autoridades municipales de Monterrey obtengan los permisos federales para lograr sus propósitos, ya que otros ayuntamientos pretenderán seguir con el glorioso ejemplo.
Es tan absurdo como construir canchas deportivas en el lecho seco del río Nazas a la altura de la Zona Metropolitana de La Laguna, que de pronto lleva agua.