Los millennials son más fieles que sus padres

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Los millennials son más fieles que sus padres

Foto: Tomada de Internet
En 2016, el 20% de los mayores de 55 años dijo que había tenido sexo fuera del matrimonio y el 14% de los menores de 55 dijo que fue infiel

La brecha generacional se manifiesta de muchas formas, pero la tendencia más reciente sorprende un poco: el sexo fuera del matrimonio.


Los más viejos les son infieles a sus cónyuges con más frecuencia que sus pares más jóvenes. En 2016, el 20% de los mayores de 55 años dijo que había tenido sexo fuera del matrimonio y el 14% de los menores de 55 dijo que fue infiel, según Nicholas Wolfinger, profesor de Estudios de Familia y Consumo de la Universidad de Utah.


El Institute for Family Studies publicó el informe de investigación de Wolfinger, intitulado “America’s New Generation Gap in Extramarital Sex (la nueva brecha generacional en sexo extramatrimonial de EE.UU.)”, el 5 de julio, después que el profesor detectó esta sorprendente tendencia con base en su análisis de datos de la General Social Survey.


Aunque el porcentaje de estadounidenses que informan haber tenido sexo fuera del matrimonio se mantiene firme alrededor de 16 por ciento hace décadas, esta tendencia disimula un cambio desconcertante entre las generaciones. Mientras que los jóvenes tienen menos aventuras, la generación más vieja está teniendo más sexo fuera del matrimonio, lo que hace que el total general se mantenga igual.

“Durante los primeros años del milenio, las diferencias entre las edades fueron mínimas”, declaró Wolfinger. “A partir de 2004, los estadounidenses mayores de 55 años comenzaron a presentar tasas de sexo extraconyugal unos cinco o seis puntos porcentuales por arriba de las observadas en los jóvenes adultos”.

El análisis de Wolfinger concluyó que no se podía explicar la diferencia etaria por diferencias sociodemográficas entre los participantes, como el sexo, la edad, la pertenencia étnica o el nivel educativo, sino que la tendencia a tener sexo fuera del matrimonio estaba siendo impulsada por gente de cincuenta o sesenta años que llevaba entre veinte y treinta años casada.

Otra forma de interpretar los datos, según Wolfinger, era analizar el año de nacimiento de los participantes.


“Quizás la propensión a tener sexo fuera del matrimonio sea producto de lo que la persona vivió al crecer y no una cuestión de edad”, sostuvo Wolfinger. “Los nacidos entre 1940 y 1959 informan las tasas más elevadas de sexo extramarital. Esas son las primeras generaciones que llegaron a la adultez durante la revolución sexual, por lo tanto es entendible que sean más propensas a tener relaciones sexuales sin sus cónyuges”.

El mayor número de aventuras extramaritales está siendo impulsado por los baby boomers y los miembros de la Generación X, pero ellos esperaron a llegar a los cincuenta o los sesenta para hacer eso, tras décadas de matrimonio, declaró Wolfinger. Parte del incremento también podría atribuirse a la aparición del Viagra, con el cual los estadounidenses mayores pueden hacer lo que antes no podían, afirmó.

“Esto sigue otras tendencias ya observadas. La tasa de divorcio en EE.UU. viene bajando de forma general desde los ochenta, pero en los últimos años aumentó entre las personas de 50, 60 y 70 años. A eso le dicen divorcio canoso”, sostuvo Wolfinger. “Y observamos un aumento enorme de los casos de enfermedades de transmisión sexual entre los ancianos. De hecho, hace poco charlaba con una vecina y ella me contaba de su madre, que vive en un asilo para ancianos, y cómo ella rechazaba constantemente los avances de los hombres que vivían allí”.

En cambio, la generación más joven tiene menos sexo con menos parejas, posiblemente por haber llegado a la adultez durante la epidemia de VIH, afirmó Wolfinger. De hecho, el sexo entre adolescentes cayó mucho desde que alcanzó un pico en 1990.

Con base en las tendencias, Wolfinger cree que la sociedad estadounidense podría estar tendiendo más hacia la monogamia, aunque el poliamor y otras formas de “no-monogamia ética” también están adquiriendo importancia.

“No observamos esto en las generaciones previas a esta, pero estas cosas son cíclicas (...) pero las ciencias sociales tienen pésimos antecedentes de pronóstico”, afirmó el profesor.