Los migrantes muertos, el punto álgido de una crisis moral

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Los migrantes muertos, el punto álgido de una crisis moral

La foto de Óscar Martínez y su hija Valeria de 2 años, los salvadoreños que fueron hallados ahogados en el río Bravo, en la frontera entre México y Estados Unidos, muestra la crisis humanitaria que representa el fenómeno migratorio.

La imagen muestra a dos migrantes yaciendo bocabajo, arrastrados a la orilla. La mitad del cuerpo de la pequeña está metida en la camiseta del padre. De alguna forma, quizá, Óscar trataba de que no se le escapara su hija y por eso la puso entre la camisa y su cuerpo.

De inmediato la imagen hizo recordar a aquella del niño Aylan Kurdi, el niño sirio que fue encontrado muerto en una playa turca cuando su familia intentaba llegar a Grecia, en 2015.

Aylan llevaba camisa roja, Valeria pantalones rojos. Cuatro años de diferencia. Dos imágenes, la misma tragedia. Y como déjà vu, de inmediato las voces se hicieron eco, hubo reclamos, señalamientos, acusaciones. Hablaron los poderosos y nada más.

En Estados Unidos se echaron culpas: Donald Trump culpó a los demócratas y aseguró que esa muerte pudo haberse evitado. Los demócratas culparon a Trump y también hablaron que quizá los migrantes no hubieran muerto si Trump los hubiera ayudado a entrar como refugiados.

Los hubiera, los quizá. Habría que profundizar en las culpas. El lingüista, activista norteamericano, Noam Chomsky, dijo en una entrevista (Democracy Now) que los migrantes centroamericanos, principalmente los hondureños, huyen de la miseria y los horrores creados por el mismo Estados Unidos. Después utilizan el fenómeno para meter miedo a la población con una invasión, una estrategia antigua de propaganda, lo cual le ha funcionado bien a Donald Trump en su quehacer político.

Por eso, además de hablar de una crisis migratoria y humana, Chomsky dice que se tiene que hablar de una crisis moral. Y no hay nada más cierto en ello. Una crisis moral porque la muerte de un migrante representa la incapacidad de los países –todos sin excepción– para dar una respuesta a las personas en peligro, a las personas sin empleo, a las personas que huyen de la pobreza y la inseguridad, del hambre.

Nos impactó, como aquella de Aylan Kurdi, la foto de Óscar y su hija. Pero no es la única muerte. El departamento de Aduanas y Protección de Estados Unidos emitió un boletín el 26 de junio: El 25 de junio, los agentes de la Patrulla Fronteriza que realizan operaciones marinas, encontraron a una persona fallecida aproximadamente a dos millas al noreste de Eagle Pass. El cuerpo fue recuperado por personal del departamento de Bomberos de Eagle Pass, con la ayuda de agentes marinos de la Patrulla Fronteriza.

El 24 de junio otro boletín: Agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos asignados al Sector de Del Río recuperaron tres cuerpos cerca de Carrizo Springs e Eagle Pass. El 19 de junio, agentes de la estación Carrizo Springs hallaron un hombre fallecido en un rancho local después de una llamada anónima sobre un inmigrante indocumentado perdido. El 20 de junio se recibió otra llamada anónima, igual un indocumentado perdido. Otro inmigrante fallecido. Asimismo, el 20 de junio agentes de la unidad marina de la Patrulla Fronteriza descubrieron los restos de un cuerpo descompuesto en la orilla del río Grande, cerca de Normandía.

El 7 de junio: Agentes de la Patrulla Fronteriza asignados a la estación de Eagle Pass encontraron los cadáveres de dos hombres flotando en el río Grande, en un lapso de tres horas. El primer cuerpo fue encontrado cerca del puente Uno de Eagle Pass. El segundo cuerpo fue descubierto a menos de media milla río arriba.

El 5 de junio: La Patrulla Fronteriza respondió a una llamada al 911 sobre dos inmigrantes en peligro, con posible deshidratación. Los agentes ubicaron a un hombre y una mujer en un área remota de un rancho. La mujer, una mexicana de 20 años, fue encontrada fallecida. Dos días después, el 7 de junio, otro inmigrante fue encontrado muerto a la entrada de un rancho, después que un ciudadano preocupado informara que el inmigrante no respondía.

AL TIRO

Hasta el 26 de junio, 21 muertos había encontrado la Patrulla Fronteriza tan sólo en el sector de Del Río, la frontera con Coahuila. No fue lejos. Los tuvimos cerca, pasaron y cruzaron lo más seguro por nuestro estado. Y murieron a unos metros de nuestro él.

Según datos de la Patrulla Fronteriza, en el año fiscal 2018 (1 de octubre al 30 de septiembre), murieron 283 inmigrantes en la frontera entre México y Estados Unidos; 24 fallecieron en el sector de Del Río. En los últimos 10 años, en la zona de Del Rio, 202 migrantes han muerto en su intento de cruzar a los Estados Unidos.

De ellos no hay fotos, pero igual reflejan la crisis de migración, la crisis humanitaria, y como dice Chomsky, la crisis moral.