Usted está aquí
Los mexicanos los rechazan con furia
1.- Relanzar una marca no es una tarea sencilla. Mercadólogos y publicistas estarán de acuerdo conmigo que refrescar la imagen de un producto, una empresa o una figura pública es una tarea titánica. Especialmente si el objeto a publicitar tiene una imagen arraigada en el público o, por el contrario, ha perdido el prestigio o es presa de algún escándalo específico. Cuando las personas tienen una imagen preconcebida de algo, es muy difícil hacerlas cambiar de parecer.
2.- Es por eso que aquellos que rehabilitaron la imagen del príncipe Carlos de Gales y, sobre todo, la de su mujer Camilla Parker-Bowles ¡merecen los mayores reconocimientos y premios del mundo! Haber hecho pasar a Camilla de ser vista como la “vieja y horrorosa” amante del príncipe de Gales y la “causante directa de las desgracias” de la encantadora Lady Diana, a ser aceptada como la actual duquesa de Cornwall y futura reina consorte del Reino Unido, definitivamente es labor y meta conquistada de un verdadero genio de la mercadotecnia.
3.- Para lograr estas metas tan ambiciosas, es necesario tener talento y conocimientos sobre promoción y publicidad. Si, estoy de acuerdo. Pero hace falta algo más que resulta un elemento indispensable. Me refiero al conocimiento profundo y libre de prejuicios del público al que se pretenda venderle algo, ya sea una idea, una imagen o un producto. Conocer sus anhelos, creencias, puntos de vista, afectos y hasta aquello que rechaza o teme. No cabe duda que aquellos que se dedican a promocionar a la familia real británica conocen a los ingleses como la palma de sus manos.
4.- Debido a lo anterior, me quedó perfectamente claro que los encargados de la imagen y promoción del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, con sus oficinas centrales en la lejana ciudad de Bilbao, España, no nos conocen en lo absoluto a los mexicanos ni nuestra idiosincrasia y afectos. Ellos compraron hace tiempo a nuestro famoso Bancomer y lo más que llegaron a hacer, al principio, fue llamarlo BBVA Bancomer, como para mantener a sus fieles clientes y entrar con fuerza en el mercado mexicano.
5.- Pero, aparentemente, eso no fue suficiente para ellos y la semana pasada decidieron lanzar una campaña de publicidad para cambiar el nombre de todas sus sucursales mexicanas a “simplemente” BBVA. Para ello, contrataron a los muy desaparecidos Plastilina Mosh y con ellos hicieron la adaptación de su tema “Mr. P. Mosh” el cual, quizá, fue su tema más exitoso, lanzado originalmente en el lejano 1998. La nueva versión mete con calzador las letras B-B-V-A dentro de la canción y la acompañan con un video retro, muy a tono con el video original.
6.- ¡Y encendieron la furia de las Santas Redes Sociales! Miles y miles de comentarios en contra, memes y burlas aparecieron como un diluvio mortal sobre la campaña que el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria había planeado para eliminar el nombre de Bancomer. Subestimaron el amor que el mexicano promedio le tiene a las marcas. “Le digo Serfín a Santander, Fruti Lupis a Froot Loops, Kleenex a cualquier pañuelo desechable y PRI a MORENA ¿qué te hace pensar que dejaré de decir Bancomer?” “Es mucho más fácil decir Bancomer que balbucear be-be-u-ve-be-vvv…” “Bancomer resignate, no va a suceder nunca”.
7.- Ahora bien, hace casi un cuarto de siglo Plastilina Mosh era un grupo retro con tintes de los años 70 del siglo pasado. Ver ahora a Alejandro Rosso y Jonaz –muy mayores– todavía disfrazados de “chavos-retro-buena-onda” y conduciendo ¡un automóvil Pacer! es la campaña más inadecuada del mundo para traer a este banco español a los nuevos tiempos. Ni un sólo joven ahorrador, ejecutivo exitoso o empresario millonario van a identificarse con dos señores que bailaban con Lyn May hace dos décadas. Bancomer acaba de protagonizar uno de los fracasos de mercadotecnia más grandes de los últimos tiempos.
Toda opinión es válida e importante. Sígueme y manda tus comentarios en Twitter, Instagram, Facebook y Snapchat en: @felixrivera333
Las siete notas por Félix Rivera