Los médicos extranjeros podrían ayudar a combatir el coronavirus, pero Estados Unidos impide que muchos puedan hacerlo
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Los médicos extranjeros podrían ayudar a combatir el coronavirus, pero Estados Unidos impide que muchos puedan hacerlo
Autores: Miriam Jordan and Annie Correal
Con visa y boleto de avión en mano, Maria, una enfermera filipina, se registró recientemente para su vuelo de Londres a los Estados Unidos, donde le esperaba un trabajo como enfermera de cuidados intensivos en las primeras líneas de la crisis del coronavirus en un hospital de Carolina del Norte.
Sin embargo, no se le permitió embarcar debido a las restricciones de viaje impuestas por el presidente Donald Trump para ayudar a prevenir una nueva exposición al virus. “Me dijeron que mi visa era válida y que se me permitiría viajar cuando se levantaran las restricciones”, informó a la empresa que ha estado tratando de llevarla a Estados Unidos.
Los hospitales ubicados en las zonas conflictivas del coronavirus están luchando para enfrentar la escasez de profesionales médicos que ayuden a atender a los pacientes, ya que el número de casos sigue aumentando y resulta difícil mantener la plantilla completa de trabajadores de la salud porque también se están enfermando.
“Les pido a los profesionales médicos de todo el país que, si no tienen una crisis de atención médica en su comunidad, por favor vengan a ayudarnos en Nueva York de inmediato”, dijo Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, el 30 de marzo.
En California, el gobernador Gavin Newsom hizo un llamado urgente a fines de marzo para que más trabajadores de la salud ayuden a combatir el brote de coronavirus, sugiriendo que se pudiera incorporar a los médicos recientemente retirados y los estudiantes de medicina que esperan su licencia para ejercer. “Los necesitamos”, dijo.
Los trabajadores de la salud extranjeros han estado a la espera de aceptar trabajos en los hospitales estadounidenses, pero muchos enfrentan obstáculos. Algunos tienen dificultades para conseguir citas para tramitar sus visas en los consulados estadounidenses en el extranjero debido a la falta de personal. Otros, como María, se encuentran con las restricciones de viaje impuestas en medio de la pandemia.
Otros ya están trabajando en Estados Unidos, pero según los términos de sus visas no pueden abandonar los estados en los que se encuentran para trabajar en ciudades seriamente afectadas por el coronavirus.
“El equipo de protección y los respiradores artificiales están llegando al sistema de forma lenta pero segura. No obstante, si el número de casos aumenta de manera drástica, tendremos el equipo y nadie que lo opere”, manifestó Ron Hoppe, director ejecutivo de WorldWide HealthStaff Solutions, que busca profesionales médicos para que trabajen en instalaciones de todo Estados Unidos.
“El gran desequilibrio de la oferta y la demanda que existía antes está quedando al descubierto por la crisis”, afirmó.
Los gobernadores han pedido a los médicos jubilados que vuelvan a trabajar y a las facultades de medicina que permitan a los estudiantes graduarse antes de lo previsto. Algunos hospitales están ofreciendo mucho dinero para atraer a enfermeras de otros estados.
Los proveedores de personal médico también han tratado de acelerar la importación de trabajadores sanitarios extranjeros calificados, muchos de los cuales llevan años esperando para tener el permiso de ingreso a Estados Unidos, pero el proceso ha estado plagado de dificultades.
El Departamento de Estado emitió una guía a fines del mes pasado en la que se pedía a los profesionales médicos extranjeros con visados aprobados o certificados de elegibilidad para programas de intercambio de visitantes que hicieran citas en su embajada más cercana para agilizar el proceso, “en particular los que trabajan para tratar o mitigar los efectos de COVID-19”.
Sin embargo, muchos de los que trabajan para obtener ayuda médica del extranjero dijeron que había una aparente falta de coordinación entre las diversas agencias gubernamentales involucradas, incluyendo el Servicio de Ciudadanía e Inmigración, el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado.
“Hay lagunas en la comunicación en un momento en el que necesitan hacer avanzar esto con rapidez”, comentó Beth Vanderwalker, vicepresidenta de operaciones de WorldWide HealthStaff Solutions. “Tenemos cientos de enfermeras que podríamos traer aquí en cuestión de semanas”, agregó.
María, la enfermera que se encuentra en Londres, quien temía que la publicación de su apellido pusiera en peligro su tarjeta de residente, fue rechazada por las autoridades estadounidenses por segunda vez cuando intentó abordar un avión a principios de este mes, a pesar de que dijo que trataría a los pacientes de COVID-19.
Algunos estados que se enfrentan a brotes importantes han emitido órdenes ejecutivas que permiten a algunos trabajadores extranjeros de la salud que ya están en el estado atender pacientes. Nueva Jersey, por ejemplo, está otorgando licencias temporales a los médicos de países extranjeros que residen allí, cuentan con una licencia y tienen todo en regla. En Nueva York, a los graduados de las facultades de medicina extranjeras se les permite tratar a los pacientes después de completar un año de residencia, en vez de los tres habituales.
Sin embargo, el gobierno federal no ha abierto ampliamente la vía para que los trabajadores formados en el extranjero comiencen a laborar.
No existe una categoría de visa de trabajador invitado o de no inmigrante para las enfermeras. Como resultado, deben venir a Estados Unidos con una residencia legal permanente aprobada, o la tarjeta de residente conocida como green card, en un proceso que puede requerir años para completarse.
Mientras tanto, los hospitales de Nueva York, Nueva Orleans y otros lugares se han visto rebasados por la cantidad de pacientes, lo cual ha causado un rezago que a veces obliga a las personas a esperar horas para ser admitidas o que hace que se les envíe a casa, lo que puede tener consecuencias potencialmente mortales.
“Existen soluciones fáciles que el gobierno debería estar dispuesto a aplicar para enfrentar una emergencia nacional”, comentó Ian Wagreich, abogado de Chicago que preside el Comité de Enlace Gubernamental del Grupo de Trabajo Internacional de Graduados Médicos. El comité ha estado presionando a varios organismos gubernamentales para que tomen medidas que permitan que más médicos extranjeros ayuden durante la pandemia.
Más del 25 por ciento de los médicos en Estados Unidos nacieron en el extranjero, pero una gran parte de ellos están en el país con visados que les impiden cambiar de empleador o trasladarse a otro estado, incluso de forma temporal, una restricción que les dificulta acudir a zonas donde el contagio del virus es mayor.
Por ejemplo, hay más de 10.000 médicos con visas de trabajadores especializados, o visas H1-B, a los que solo se les permite ejercer en el centro específico que los patrocinó para obtener la visa.
Ram Sanjeev Alur, un internista de India que ejerce en un hospital de veteranos en la pequeña ciudad de Marion, Illinois, ha visto cómo la pandemia ha devastado ciudades como Nueva York.
Alur, presidente de Physicians for American Healthcare Access, una asociación sin fines de lucro que representa a médicos formados en el extranjero que trabajan en zonas rurales o desatendidas, dijo que había menos de diez casos confirmados de coronavirus en el condado donde trabaja.
Alur afirmó que estaba dispuesto a trasladarse de manera provisional a un hospital donde la necesidad fuera mayor. Sin embargo, como tiene una visa H1-B, dice que está limitado a trabajar para su empleador. “Si quiero ir a trabajar a Nueva York. No puedo”, comentó.
“En Nueva York, están pidiendo a los médicos jubilados que regresen a trabajar y a los estudiantes de medicina que den un paso al frente. Creo que tiene que ver con que no se han dado cuenta de que hay una forma de aumentar la fuerza de trabajo de inmediato”, dijo Alur, quien vino a Estados Unidos en 2007 para su formación en residencia.
Los representantes demócratas de California Tony Cárdenas y Zoe Lofgren enviaron una carta al secretario de Estado Mike Pompeo y a Chad F. Wolf, secretario interino de Seguridad Nacional, para instar a sus departamentos a que permitan a los médicos y trabajadores de la salud nacidos en el extranjero ejercer libremente durante la crisis. La carta, enviada el 6 de abril, fue firmada por 63 miembros del Congreso.
“Muchos de estos trabajadores están dispuestos a servir a nuestro país, pero no pueden hacerlo debido a la falta de flexibilidad en sus categorías de visado y otras limitaciones de nuestro sistema migratorio”, decía la carta.
La carta hacía un llamado a los organismos relacionados con la inmigración para que agilizaran las solicitudes de visa y proporcionaran un procesamiento de emergencia u otro tipo de acuerdo para unos 4000 médicos extranjeros programados para iniciar sus residencias en Estados Unidos el 1.° de julio.
c.2020 The New York Times Company