Los márgenes de maniobra ante una posible recesión
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Los márgenes de maniobra ante una posible recesión
Aunque no se le ha dado la atención mediática que el tema amerita por sí mismo, lo cierto es que no son ya pocas las voces que expresan su preocupación en torno a una probable recesión que pudiera afectar a la economía estadounidense y que sucedería de aquí al 2021.
La expresión más reciente sobre el tema se dio a finales de febrero, cuando la Asociación Nacional de Economía de la Empresa (NABE, por sus siglas en inglés) reveló que el 10 por ciento de los entrevistados previó que los Estados Unidos entrarán en recesión a más tardar a finales de 2019, en tanto que un 42 por ciento cree que sucederá en 2020 y otro 25 por ciento en 2021.
No obstante, semanas antes, el banco de inversión Morgan Stanley había advertido ya en un informe titulado “No temas una posible recesión, acéptenla” acerca de que las probabilidades de una recesión habían aumentado sustancialmente.
Los temores de que se materialice una nueva recesión en la principal economía mundial y los efectos que éste pudiera generar en nuestro País se fundamentan en el acotado margen de maniobra en términos de política económica, entiéndase por esto sobre todo la parte fiscal para hacer frente a un problema de estas proporciones.
Podemos resumir en tres, los grandes temas a seguir que pudieran constituirse como un escudo de defensa importante para la economía de nuestro País o bien en el principal obstáculo que limite el margen de acción de las políticas económicas en presencia de una potencial recesión.
1. Política fiscal. En este tema contamos con nulo margen de maniobra. Y es este aspecto el que debería encender los focos rojos. Aunque el tema de finanzas públicas no es hasta el día de hoy (literal hasta el día de hoy) una amenaza latente, la trayectoria que se observe en el gasto público durante la presente administración, aunado a la perspectiva negativa que algunas de calificadoras han puesto sobre la calificación crediticia del País, pudiera detonar en un problema mayor que limite sustancialmente la posibilidad de hacer uso del gasto público como un instrumento contracíclico, sin que ello inflija daños en la estabilidad de las finanzas públicas
2. Política monetaria. Quizás sea la única de las herramientas que tenemos al alcance en la que dispongamos de suficiente margen de maniobra para actuar si así se requiere. La inflación ha venido mostrando una tendencia a la baja, ubicándose en febrero en 3.94 por ciento. Con la desaceleración económica confirmada con el dato del PIB del cuarto trimestre del 2018, no se vislumbran hacia delante riesgos inflacionarios mayúsculos. Ello le brindaría espacio al Banco de México para conservar en el actual nivel la tasa de interés, para cuando sea necesario relajar las condiciones monetarias ante un eventual escenario de recesión.
3. Política comercial. El escenario de que se materialice una recesión, combinado con un prolongamiento del conflicto comercial Estados Unidos contra China, nos colocaría en un contexto sumamente complicado. Los vientos proteccionistas son actualmente muy fuertes en varias partes del mundo y sobre todo en nuestro socio comercial. La confirmación de un contexto recesivo imprimirá un ambiente de mayor tensión agravando el uso indiscriminado de políticas proteccionistas por parte de varias naciones en un supuesto intento por aminorar los efectos adversos del shock.
El pretexto perfecto para Donald Trump de llevar para justificar medidas radicales, ya sea más proteccionismo incluso contra sus socios comerciales o, en el peor de los casos, el rompimiento del TLCAN.
* Economista y Catedrático de la Universidad La Salle Saltillo