La policía de la localidad de El Cajon, a unos 20 kilómetros de San Diego, ultimó a un hombre afroamericano no armado, que actuaba en forma errática.

El incidente que se registró el martes es el último de una seguidilla de muertes de hombres negros a manos de la policía, casi siempre en situaciones confusas, que provocaron indignación a lo largo del país estadounidense.

"Mataron a mi hermano. Está enfermo. No debí llamar a la policía", dijo una mujer presentada como la hermana del hombre abatido, en un video difundido en Facebook Live.

"Los llamé para pedirles auxilio. No los llamé para matar a mi hermano", dijo la mujer en llantos. "Sólo llamé para pedir ayuda. Y ustedes vinieron y lo mataron", insistió la hermana de la víctima, vestida con un uniforme parecido a los que se utilizan en el ámbito hospitalario.

Los agentes intervinieron tras recibir informes de alguien que "actuaba fuera de sí", dijo la policía de El Cajón en un comunicado. El hombre, de unos 30 años, "extrajo un objeto del bolsillo delantero de su pantalón, colocó sus manos juntas y las extendió hacia el oficial en lo que pareció una posición para disparar", agregó.

La balacera se produjo apenas unas semanas después de la muerte de dos hombres negros baleados por la policía en Tulsa (Oklahoma) y Charlotte (Carolina del Norte), donde se registraron violentas protestas.

En El Cajon, decenas de decenas de personas se congregaron en protesta por los abusos policiales, al grito de "las vidas de los negros importan" y "manos arriba, no disparen".

Tres de ellos (los policías) salieron con las armas en su mano y le dispararon cinco veces", dijo Rumbideai Mubaiwa, una manifestante, a la emisora local KUSI. "Nadie lo advirtió o le dijo que se quedara quieto, que se detuviera, nada. Otro negro desarmado muerto", agregó.