Los juniors en las franquicias
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Los juniors en las franquicias
Todo padre “normal” tiene como objetivo y deseo que a todos sus hijos les vaya bien en la vida, también tienen como paso natural, facilitar todo lo posible para que sus pequeños vástagos lleguen al nivel más alto de la sociedad sin tener que despeinarse mucho.
De ahí se desprenden algunas conductas que en ocasiones llegan a ser hasta ridículas, tales como que la mamá le haga la tarea al niño, desde el kínder y en ocasiones a lo largo de toda su vida educativa, además de contratar en casos necesarios, a maestros “especiales” para que su pequeño retoño pueda salir avante de todo examen.
Pues así transcurre la vida del pequeño, ya cuando es un jovencito, empieza a querer ocupar su lugar en la sociedad, amparado obviamente bajo la sombra de sus queridos y preocupados progenitores, en ese momento es cuando se empiezan a distinguir las clases sociales, tanto en el hablar como en el vestir.
Al hablar todos hemos detectado ese “acento” que es realmente irritante para cualquier persona que por lo menos haya leído un libro, igualmente la ropa de marca aparece porque hay que distinguirse, recordemos que hasta entre los perros hay razas.
Hay algunas categorías básicas de “Juniors”, los que son realmente de dinero y conducen un auto europeo, los que conducen autos nacionales, pero van a escuelas de alto renombre económico y finalmente los que están en una escuela de alto nivel económico, se sienten que pertenecen a una clase alta, pero no les alcanzó para el automóvil.
Bueno, pues estos pequeños generalmente estudian su carrera universitaria, pero tienen un problema, por una parte ellos no se sienten de la clase social que tiene que cumplir con un empleo y por otra parte, los papás desean que ellos abran sus alas y despeguen, generalmente en el mundo de los negocios.
Para cumplir con ambas premisas, los padres preocupados, generalmente tienen dos opciones de vida para sus pequeños: Por una parte, les pueden “prestar” una cantidad fuerte de dinero para que entre sus amigos formen una sociedad, instalen un negocio y triunfen en la vida, obviamente los muchachos en la mayoría de los casos, se van a gastar el dinero en parrandas para regresar con su amado padre y platicarle la tragedia motivo por la cual, tuvo que abandonar el negocio.
Por otra parte, están los padres que para dar mayor seguridad a sus infantes, les compran una franquicia ya que es un negocio que ofrece seguridad y resultados. Y esta es la opción donde el comprador recibe toda la experiencia en negocios de una empresa y esto es lo que le dará sin duda alguna el éxito buscado.
Sin embargo, prevalece un problema, el cual es el siguiente: Los jóvenes se encuentran en un estado de confort, confort en donde conducen un auto de súper lujo que no se ganaron, confort que les proporciona ropa de marca que nunca han pagado de su bolsillo, confort de viajes que ellos no pagan y ¿cuál es el único resultado posible? Simple, van a sabotear la “brillante” idea de su padre para poder seguir viviendo a su costa, disfrutando de su dinero y sin tener la más mínima responsabilidad.
Si su hijo cumple con una o varias características de las mencionadas anteriormente, hágale un favor, NO le compre una franquicia, no tire su dinero, en las franquicias se necesita trabajar y se tienen exigencias, por ello, no es un lugar agradable para un Junior que quiere vivir en la fiesta, mejor trate de hacerlo una persona productiva primeramente para después invertirle dinero.
Enseñe a su hijo el valor del trabajo, del ahorro y de la inversión, además del respeto real al trabajo de los demás sin importar la clase social, si su hijo no está dispuesto a barrer su cuarto porque está sucio, esto quiere decir que todavía no está preparado para arreglar las cosas por sí mismo en la vida, menos en el mundo de los negocios, primero quite esos tabúes de superioridad.
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