Los invisibles de la pandemia: las niñas y los niños

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Los invisibles de la pandemia: las niñas y los niños

Esta semana se cumplió un año desde que apareció el COVID-19 en China. En redes sociales se compartieron memes y demás “conmemorando” el acontecimiento; y como buenos mexicanos (yo también) nos reímos más de una vez. Sin embargo, considero que es un buen pretexto para hacer un análisis de un tema que no se ha hablado lo suficiente: las niñas y los niños.

Estamos muy cerca de llegar a los 100 mil fallecimientos a causa de la pandemia en México, y un poco más de 1 millón de contagios. Esto nos ha hecho cambiar el estilo de vida de forma repentina, y aunque ya tenemos meses en cuarentena, muchos de nosotros aún no terminamos de acostumbrarnos. Sin embargo, ¿alguien le ha preguntado a un niño cómo se siente al respecto? ¿O qué piensa? Su vida también cambió de un día para otro. Veamos brevemente algunos de los temas que les afectan directamente:

La escuela. Hace más de ocho meses las niñas y los niños no van a la escuela, aprenden lo que pueden cómo pueden entre las hazañas que hacen los docentes y directivos en compañía de los padres de familia. De los 39.2 millones de niñas y niños en México, 23% vive en algún tipo de pobreza, es decir, más o menos, 9 millones. Es decir, es muy poco probable que éstos vuelvan a la escuela cuando regrese la “normalidad”, muchos de ellos han tenido que estar al cuidado de sus hermanos más chicos, colaborar en la casa y/o trabajar para salir adelante en esta recesión.  ¿Qué pasa cuando un cuarto de la población infantil no está en la escuela? ¿Qué efectos tiene al mediano y largo plazo?

La orfandad. El informe anual 2017 Situación de la infancia en México de Unicef, dice que hay 39.2 millones de niños, niñas y adolescentes en nuestro país, de los cuales el 3.7%, que son 1.4 millones viven en situación de orfandad. Por la pandemia, ya se hablan de 3 mil más hasta la fecha, sin números exactos aún. Los temas de adopción, casas hogares y familias de custodias son temas pendientes en México. ¿Qué vamos a hacer como sociedad con estos niñas y niños? ¿Cómo van a crecer?

La violencia. El tema de violencias e infancia no es nuevo, desgraciadamente. La combinación de situación de vulnerabilidad y el aumento del crimen organizado ha sido el caldo de cultivo perfecto para miles de historias de cómo nuestras niñas y niños se involucran desde edades muy tempranas (seis a ocho años) en la delincuencia. Esta pandemia solamente ha acrecentado estos porcentajes. ¿Queremos acaso más historias de niños sicarios?

La salud mental. La incertidumbre y ansiedad que nos aqueja no es un tema solo de adultos. Esta semana salió la noticia que un menor de 14 años había matado a sus dos primos por no poder ser perfecto para su madre. No olvidemos que Coahuila tiene las tasas más alta de suicidio adolescente. El costo de la salud mental de nuestras niñas y niños hoy tendrá consecuencias irreparables en el corto plazo.

Como en muchos otros temas, la pandemia solo ha venido a sacar a relucir los problemas estructurales que ya teníamos en México. Las niñas y los niños necesitan de nosotros ahora. El estar en cuarentena no quiere decir que estemos inmóviles a las diferentes realidades sociales y económicas.

Presidente, diputados, senadores, gobernadores, alcaldes, empresarios, ciudadanos de tiempo completo: el asunto de las niñas y niños en la pandemia no es menor. Estamos tomando decisiones que afectarán a más de una generación y trazarán el camino de nuestro país en las próximas décadas. Necesitamos, urgentemente, un plan de acción (con presupuesto) de cómo atacar estas problemáticas.