Los independientes

Usted está aquí

Los independientes

Ha sucedido en otras etapas de la vida política del país. Cuando López Portillo se fue solo a disputar la Presidencia de la República, ante el repudio del PAN que no quiso participar, el PRI como institución solitaria se vio mal, y luego López Portillo tuvo que inventar una nueva Ley electoral, la famosa LOPPE, con la que el sistema electoral dio cabida a nuevos partidos, abriendo así la competencia electoral para que no se repitiera la farsa electoral con un solo candidato. El resultado fue la proliferación de partidos familiares, en donde los “dueños” se candidateaban y se decidían los cargos en una cena dominguera con toda la parentela.

Ahora con la posibilidad de participar en una campaña sin necesidad del patrocinio de un partido político, se han multiplicado los aspirantes independientes. Y así, para los comicios del 2018 están apuntados más de cincuenta. Tal vez más de uno piense “si Peña Nieto puede ser presidente, ¿yo por qué no?

El gobernador de Nuevo León, el otrora popular “Bronco”, llegó por la vía independiente, lo que significa que es posible ganarle a los partidos establecidos en cualquier lugar de la República. La aventura de Jaime Rodríguez ya forma parte de la historia contemporánea, junto a otros triunfos de independientes. ¿Será el preludio de la desaparición de los partidos políticos? Las camarillas que se apoderan de esas instituciones han provocado que en el PRD, en el PT, y en otros menos gloriosos y más cínicos como el PVEM, MC y Morena, así como en los partidos locales, los militantes actúen de  acuerdo a las coyunturas electorales y se olviden del instituto político el resto de la temporada. Se acabaron las discusiones ideológicas, los debates sobre el qué hacer para derrotar a los poderosos de siempre ganándose la voluntad ciudadana con argumentos. ¿Es el fin de las ideologías? ¿Y la lucha de clases? ¿Y los pobres? Bueno, están en los discursos como adorno y únicamente en época electoral.

El mejor ejemplo de la falta de compromiso social de los políticos es el propio Bronco, no cumple aún el primer tercio de su mandato y ya quiere ser Presidente. En un principio aplaudí su candidatura, me parecía que era una posición valiente, enfrentarse a los santones de los partidos y derrotarlos. Ahora me parece una vacilada, y falta de sentido común, sin integridad  y un alto grado de incongruencia. Creo que ni los ciudadanos de Nuevo León votarían por él, y estaría echando por la borda lo ganado hasta ahora, en términos de respeto a su palabra. Las promesas de su campaña se presentarán ahora como una gran farsa.  

La del estribo

Más de cincuenta personas se creen con la capacidad y la fortaleza política para dirigir un país como el nuestro. Me parece mucha desmesura, y falta aún el registro para renovar el Congreso de la Unión, los gobiernos de los Estados, los Congresos locales y los ayuntamientos, puedo apostar que la avalancha será aplastante. Los expertos en los procesos electorales deberán darle vueltas a la noria para agregar candados y evitar esta ridiculez de la democracia a la mexicana.

La querella infinita
Mario Valencia Hernández
mvalehe@yahoo.com.mx