Los humanos ya son reemplazables; aparece el “Uber humano” en Japón

Usted está aquí

Los humanos ya son reemplazables; aparece el “Uber humano” en Japón

El sistema ayuda a aquellos que no puedan acudir a atender ciertos compromisos. Foto: YouTube
Un novedoso sistema permite que una persona sea sustituida físicamente por otro humano y un dispositivo especial a manera de máscara

Investigadores japoneses desarrollaron una propuesta llamada ChameleonMask con la que llevan la telepresencia  a un nuevo nivel, gracias a una pantalla y a una persona dispuesta a prestar su cuerpo. 

ChameleonMask

El sistema, que empieza a ser llamado “Uber humano” en las redes sociales, fue presentado esta semana en Singapur, en la conferencia EmTech Asia, organizada por la revista MIT Technology Review y consta de una pantalla en la que se aparece el rostro en vivo de un usuario ubicado a distancia, la cual se sujeta sobre el rostro de una segunda persona.

De acuerdo con Jun Rekimoto, creador de este dispositivo, el “Uber humano” puede vestir ropa igual o similar a la del usuario y comportarse de acuerdo con las instrucciones que reciba a través de una canal de voz, así como realizar distintas  actividades en su nombre e interactuar con otras personas, dio a conocer International Business Times.

"Nuestro estudio piloto confirmó que las personas pueden considerar al enmascarado [el ‘Uber humano’] como el sujeto en cuestión", dijo Rekimoto.

Sistemas similares de tecnología de audio y video que permite la interacción con otras personas desde un lugar remoto se han desarrollado anteriormente, pero se tratan principalmente de propuestas que emplean robots controlados por internet y se enfocan en permitir a la gente celebrar reuniones o asistir a eventos.

"Este diseño se basa en nuestra hipótesis, asumiendo que la telepresencia física y social puede ser incorporada por un humano sustituto que imita al usuario remoto. También elimina muchas dificultades de los robots operados a distancia”, agrega Rekimoto.

Es así que la ChameleonMask promete una experiencia más real, basada en la familiaridad que un cuerpo humano brinda a aquellos que interactúen con el sistema, más allá de que el hecho de ver a un sujeto con una pantalla como rostro parezca, de entrada, algo raro.