Los hombres del gobernador

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Los hombres del gobernador

El Ejecutivo del Estado ha anunciado que habrá cambios en la conformación de su gabinete. Hablamos de cambios no de enroques, pues si así fuera implicaría seguir con los mismos funcionarios que ahora despachan como secretarios desarrollando el estilo del desempeño y el criterio político con la inercia del pasado, distorsionando la línea de gobierno que el actual régimen debe imponer como propia.

La nueva estructura deberá encabezarla en la primera línea de mando, unos secretarios del gabinete legal que tengan el perfil adecuado y una experiencia administrativa, no solo política, de manera que constituyan un grupo heterogéneo, es decir, funcionarios de diversas disciplinas que encarrilados le den sentido de equipo, de manera que no se llegue a provocar guerras intestinas que puedan dar lugar a antagonismos que produzcan hostilidades y resquebrajen al grupo en el poder.

Un gabinete se escoge también, en base a un equilibrio de fuerzas específicas, no tanto políticas, como por ejemplo, fuerzas económicas que deben producir empatía con los señores del dinero caminando de la mano, pues se ha demostrado que la fuerza del poder económico es mayor a la del poder político.

¿Qué cualidades deben poseer los nuevos miembros del primer círculo de poder? Primero, comulgar en forma irrebatible con la línea política del gobernador y la ideología de su partido, tener una honorabilidad pecuniaria, una honestidad patrimonial a toda prueba y la demostración de una capacidad en el  desempeño de un trabajo técnicamente bien hecho.

 De la misma forma, si algún miembro se inclina por un cargo político, este debe ser viable, realizable, anclado al grupo político en el poder y sustentado con la fuerza suficiente que debe acumular durante el tiempo de madurez, y algo muy importante, granjearse cabida en la elite de los  círculos cupulares nacionales, pues por lo general los grupos políticos cuando florecen lo hacen después de dos décadas de consolidar la formación de figuras que adquieran peso específico.

Ha concluido ya el primer año de la actual administración estatal, alrededor de un 17 por ciento del tiempo se ha extinguido, se pensaría que quedan cinco años pero realmente faltan cuatro, pues el sexto, con una influencia disminuida, se va en asuntos de la sucesión y luego llega el ominoso séptimo año, tiempo de abrir la caja de pandora.

Por lo pronto ya es tiempo de desvincularse y gobernar con sello propio si es que se quiere engendrar un nuevo grupo político. 

Se lo digo EN SERIO.

franciscoaguirreperales@gmail.com 

@aguirreperalesf