Los genios se mueren
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Los genios se mueren
El único encargo que mi compadre Toño Cantú me había hecho ese verano del 92, casi no lo cumplo y es que para encontrar el libro de Stephen Hawking titulado “La historia del tiempo”, recorrí sin éxito las cuatro librerías sobre la calle Zaragoza de mi natal Saltillo. Sin embargo, mi viaje a Monterrey solucionó la hazaña, ya que en el Sanborns de Morelos lo pude encontrar.
Nacido en 1942, en la ciudad de Oxford, en pleno conflicto mundial. En 1962 se licenció en la University College Oxford, con los títulos de matemático y físico. Al siguiente año, en una sesión de patinaje, tuvo dificultades para incorporarse. De inmediato se le diagnosticó un trastorno degenerativo neuromuscular, la ELA o esclerosis lateral amiotrófica. Los médicos le pronosticaron una muerte en los próximos cinco años.
Con el trastorno a cuestas, en lugar de aminorar sus facultades mentales, se enfocaron, y mientras cursaba su doctorado se casó con Jane Wayline (1965), con quien tendría tres hijos. Tras casi 25 años de vida en común, en 1990 la pareja se separó y el científico se fue a vivir con Elaine Mason, una de las enfermeras que lo cuidaba y con la que cinco años más tarde contrajo matrimonio; esta segunda relación se prolongaría hasta 2007. Después de obtener el título de doctor en Física Teórica (1966), su pasión por el estudio del origen del universo fue en aumento, y sus investigaciones se centraron en el campo de la relatividad general, particularmente en la física de los agujeros negros.
Cinco aportaciones más importantes de este británico recién fallecido son:
1. Los agujeros negros. Hawking dedicó toda su vida a investigar las leyes que gobiernan el universo. “Creo que mi mayor logro será que los agujeros negros no son completamente negros”, dijo el físico el año pasado a la BBC. “Efectos cuánticos –continuó– hacen que brillen como cuerpos calientes con una temperatura que es más baja cuanto más grande sea el agujero negro. Este resultado fue completamente inesperado y mostró que existe una profunda relación entre la gravedad y termodinámica”.
2. La radiación de Hawking. En 1976, siguiendo los enunciados de la física cuántica, concluyó en su “teoría de la radiación” que los agujeros negros son capaces de emitir energía, perder materia e incluso desaparecer: “A un agujero negro le tomaría mucho tiempo evaporarse de esta manera, pero en sus últimos años, Hawking sostuvo que expiraría en un estallido de energía equivalente a un millón de megatones de bombas de hidrógeno”.
3. Confirmación del big bang. El trabajo que hizo Hawking sobre los agujeros negros ayudó a probar la idea de que hubo una gran explosión o big bang al principio de todo.
4. La teoría del todo, que sugiere que el universo evoluciona según leyes bien definidas, fue quizá la que atrajo la mayor atención. “Este conjunto de leyes puede darnos las respuestas a preguntas como cuál fue el origen del universo”, declaró Hawking.
5. Breve historia del tiempo. Pese a la complejidad de todos estos conceptos, Hawking hizo un gran esfuerzo por difundir la cosmología en términos fáciles de comprender para el público general.
Pero a pesar de ser un científico de tiempo completo se daba tiempo para sus pasiones y resultaba ameno, como aquella ocasión en la que durante el Mundial de Brasil 2014 realizó una teoría sobre el penal perfecto; con la formulación adecuada mencionó que, para tener éxito en los penales, el 84 por ciento de los tiros debían ser lanzados en el ángulo, con el interior del pie y con mucha velocidad.
Además apareció en diversos programas de televisión como: “Los Simpson”, “Star Trek, la nueva generación” y “The Big Bang Theory”.
“Estamos faltos de genios”, reza una canción de Mecano, y ahora con la muerte de Hawking parecería que nos quedamos solos. ¿Cuándo la divinidad nos enviará el repuesto?