Los partidos políticos en Coahuila se han desatado en rivalidades para escoger a los candidatos a las diputaciones federales y a las presidencias municipales que deberán contender en junio próximo.

Por el lado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ya han despejado esos caminos al seleccionar a sus contendientes a la legislatura federal y a algunos a las alcaldías.

Por el Partido Acción Nacional (PAN) las controversias no dejan descubrir a sus corredores a la contienda, lo que hace declararlos como políticos inmaduros sin una cohesión que los haga dirimir sus problemas en un ambiente de sanidad que arroje el nacimiento de candidatos con peso que los lleve a triunfos legítimos, de manera que sus acciones se conviertan en bienestar social.

Por el lado de Morena la situación es peor, pues ese partido ha mostrado, además de la incompetencia política, una selección de los que jugarán para la jornada electoral de personas faltos de prudencia y que sólo por llenar espacios para el día de la elección, reclutan a candidatos que la ciudadanía no conoce y que por lo tanto no se siente con confianza para otorgarles su preferencia.

El partido Morena ha escogido a Armando Guadiana como su precandidato a la Presidencia Municipal de Saltillo, situación que lo enfrentará a José María Fraustro quien con su experiencia laboral ha alcanzado sitios relevantes dentro de las estructuras políticas y académicas de suma importancia, además de una cercanía con capitanes de la iniciativa privada que forman parte de los grupos fácticos, cuyo peso específico logran cargas que los hacen poseedores de inducir criterios que la autoridad escuche con interés y pueda compaginar con sus deseos.

Riquelme tiene que trabajar fuertemente para sacar adelante a los candidatos de su instituto político fomentando la unidad partidista con convicciones políticas comunes que sean apoyadas por sus partidarios, y no por los otros poderes que lo acompañan en la gubernatura y que fueron impuestos por él, pues éstos están desvinculados de los eventos de carácter electoral.

Las posiciones dentro de la estructura gubernamental en todas las épocas sexenales tienen sus cuotas con los gobernantes en turno, pues esos espacios forman parte de la distribución política y burocrática que los deben alojar dentro de las administraciones públicas.

Cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) empezó a espulgar dentro de su partido a los posibles candidatos a la Presidencia Municipal de Saltillo, la presencia de Jaime Bueno parecía que adelantaba el camino, sin embargo la fuerza de Chema Fraustro obtuvo más peso y sobrepasó a Bueno por lo que fue escogido para la elección, y que la influencia que se supone de donde partía, se dejará para dentro de dos años cuando se tenga que elegir al candidato que jugará por la gubernatura, pues dentro de la cúpula priista nacional volverá a mover su mano para tejer fino y colocar piezas, como lo hizo en su tiempo para apoyar al ahora Gobernador.

Los vientos en La Laguna que se empiezan a esparcir sobre el ambiente político, nos dejan olfatear su inclinación para que el candidato por el PRI para la gubernatura sea Eduardo Olmos, dejando enterrada su actuación que como alcalde de Torreón hizo palpable por su incompetencia, y que su frivolidad le sigue ganando, pues su futuro no le preocupa ya que su tranquilidad se la proporciona la seguridad de una herencia cuyo esfuerzo familiar le ha favorecido.

Sépase escoger, en su tiempo claro, al que peleará la candidatura al Gobierno del Estado, a fin de que recaiga en un político que demuestre honorabilidad pecuniaria, honestidad patrimonial, que sus antecedentes laborales estén calificados como técnicamente bien hechos derivados de un trabajo políticamente bien aceptado por su viabilidad, y que deje atrás su vinculación con el pasado haciendo un gobierno con sello propio que le den la capacidad de aglutinar fuerzas que lo apoyen por su trabajo de excelencia.

Se lo digo EN SERIO.

franciscoaguirreperales@gmail.com

@aguirreperalesf