Los desafíos
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Los desafíos
¿Cuáles son y serán los retos económicos más relevantes para quienes desarrollan su actividad productiva en Coahuila? Como en el pasado, se trata de propiciar las condiciones que permitan la expansión sustancial y sostenida de la producción de bienes y servicios; generando, simultáneamente, suficientes fuentes de trabajo bien remuneradas. A diferencia del pasado, el desarrollo de la entidad debe ser económicamente viable, socialmente incluyente y ambientalmente sustentable. Además, deberemos lograrlo en una economía global crecientemente competitiva, cuyo motor son las innovaciones productivas engendradas por un proceso de acelerado cambio tecnológico.
La edición más reciente del Reporte Global de Competitividad 2015-2016, da cuenta de una ligera mejora en el índice de competitividad de México; ascendió cuatro posiciones para ubicarse en el sitio 57 de 140 países incluidos en este ejercicio (en la edición previa estábamos en el lugar 61 de 144). Así se resume la situación competitiva de la economía mexicana: “México avanza cuatro lugares hasta el 57, a pesar de cierto deterioro del entorno institucional, gracias a las mejoras en la eficiencia de los mercados financieros (ascendió 17 posiciones hasta el 46), sofisticación empresarial (subió ocho sitios hasta el 50) y el fomento de la innovación (nivel 59). La competitividad del país también se benefició de mejoras en la eficiencia en el mercado de bienes, aunque el nivel de competencia es bajo (99) y el mercado es de gran tamaño (11). Estos resultados muestran que las recientes reformas están dando frutos, pero los desafíos persisten. A pesar de algunas mejoras en el mercado de trabajo (remontó siete escalones hasta el 114), las rigideces en el mismo sigue siendo un problema, lo mismo que la debilidad de las instituciones públicas (115) y privadas (78) –lo cual refleja el hecho de que la corrupción se considera el factor más problemático para hacer negocios en México-”.
En el ámbito regional, el desempeño de las empresas puede verse afectado por cambios externos que inciden en su competitividad y sobre los cuales carecen de control. Entre los más relevantes se citan: 1) Variaciones en la demanda; 2) cambios tecnológicos cualitativos y; 3) la incertidumbre sobre las tendencias del propio proceso de globalización en el futuro (Globalisation and Regional Economies, OCDE).
En la industria automotriz se proyecta que Asía, África, Europa Oriental y América del Sur, incrementarán su participación en la demanda. Lo contrario ocurrirá en Norteamérica, Europa y el Medio Oriente. Además, esta industria vive una auténtica revolución tecnológica. Se esperan modificaciones sustanciales en la manufactura de automóviles, en la reorganización de sus cadenas de producción y en la localización de los sitios de producción de autos, partes y componentes.
La geopolítica nos vincula a Norteamérica. En el mejor de los casos, la demanda crecerá lentamente. Con un pastel del mismo tamaño, la única forma de crecer será ensanchando nuestra rebanada. Y si bien la geografía, los menores salarios y la elevada productividad de los trabajadores de la región, nos proporcionan ventajas, tendremos que enfrentar grandes desafíos.
En el plano tecnológico, los autos propulsados por motores de combustión interna son una especie en vías de extinción. El calentamiento global y su fuerte dependencia de una fuente de energía no renovable, firmarán su sentencia de muerte. El etanol u otros combustibles de origen vegetal no podrán reemplazar a los hidrocarburos. Los autos impulsados por motores de aire comprimido, no alcanzan los estándares de desempeño. Los autos híbridos serán la transición entre el pasado y el futuro del automóvil, por lo cual se ve difícil que hagan huesos viejos en la industria. Pero su uso de motores eléctricos parece perfilar un componente fundamental de los coches del futuro. Los tiempos excesivos de recarga, el corto alcance de su autonomía de viaje y el elevado costo de sus baterías, constituyen obstáculos a superar para su uso masivo.
Otra opción son los autos impulsados por motores de energía eléctrica suministrada por celdas de combustión alimentadas con hidrógeno. Su desempeño es muy similar al de los autos de hoy, pero sus costos actuales son mucho más elevados que los vehículos eléctricos con batería. Las emisiones en su lugar de consumo son nulas y el hidrógeno puede producirse con fuentes renovables no contaminantes (energía solar, eólica, geotérmica o la producida por las caídas de agua). California y Vancouver, en Canadá, son las Mecas tecnológicas de las celdas de combustión interna en América del Norte.
En cualquier caso, se modificará la arquitectura del automóvil. Un mismo tren motriz servirá de plataforma para una gran variedad de vehículos. Cambiarán los materiales con los cuales se manufacturan; se utilizará menos acero, más plástico, grafito y sistemas de cómputo. ¿Cómo nos vemos retratados en esa nueva escenografía?
Conservar la participación de Coahuila en esa industria será un verdadero desafío. ¿Cómo acercarnos al pleno empleo de nuestros factores productivos? ¿Cómo combatir la inestabilidad sin perder eficiencia? ¿Cómo alentar la competitividad de nuestra economía en un entorno global? ¿Cómo cimentar un desarrollo económico, social y ambientalmente sostenible?