Los datos de los sectores ganadores

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Los datos de los sectores ganadores

Recurrentemente se ha hablado de los daños causados a la economía por la pandemia y casi nada de los sectores que se han beneficiado. Para algunos, el tema podrá sonar extraño porque los medios de comunicación han hecho un énfasis en lo negativo. Sin embargo, hay sectores ganadores, aunque no muchos, y empresas sumamente ganadoras, que a pesar de todo en contra han mantenido su negocio con buenos márgenes de ganancia.

De acuerdo con la firma consultora Deloitte, la industria de mayor crecimiento en su producción para este 2020 será la de las telecomunicaciones, con una proyección de crecimiento de 6.5%; le sigue de cerca ciencias de la salud con un 5% y vienen muy lejos en cifras negativas la industria alimentaria con un -2.5%, la manufactura química con -8% y para terminar el sector de la energía también con -8%.

Los resultados fuera de las dos primeras industrias no son nada alentadores, pues están en números rojos. A pesar de que los alimentos son un elemento clave de la vida diaria, su caída refleja el nivel de contracción económica que se ha dado en el país por la pandemia. Cuando se hacen recortes al gasto en alimentos, es que realmente se está en problemas. Las telecomunicaciones tuvieron ese impulso por la cantidad de trabajadores que tuvieron que irse a casa y desde allí realizar sus labores. Esto impulsó una demanda por servicios de mayor velocidad más que por nuevas conexiones. A medida que la contingencia sanitaria disminuya, se espera que más personas regresen a su lugar de trabajo y se reduzca la presión sobre la demanda de internet. Del sector industrial de la salud no hay más que decir, se ha vuelto clave y seguirá creciendo a pesar de que termine la pandemia porque quedarán personas que seguirán demandando medicamentos y aparatos para hacer frente a los remanentes del asunto. Además, el envejecimiento natural de la población conlleva un mayor apoyo de la industria de la salud, la cual seguirá creciendo.

La industria alimentaria fue golpeada de manera repentina por el alto índice de personas que se quedaron sin empleo y por consiguiente, sin ingreso. Además, un 40% de la población en promedio recibió un recorte salarial lo que repercutió en una reducción en las compras de alimentos. Es de llamar la atención porque en general, este comportamiento sólo se había visto en la crisis de 1995.

En lo particular a nivel empresarial llama la atención como algunas organizaciones han capitalizado la pandemia. Las cinco empresas que reportan mayores alzas en sus flujos operativos (no utilidades) a nivel nacional son Peñoles, 54.2%, del sector minero; Cuervo, 38.7%, representante del sector de bebidas alcohólicas; Bimbo, 24.8% y Gruma 19%, sector alimentos e IEnova, 12.2% del sector energético. Esta información está casi en línea con lo que sucede con las industrias predominantes a nivel nacional. No se utilizan las utilidades porque las empresas pagan distintas cantidades dependiendo de otros factores externos que no equiparables entre ellas, que van desde el momento de sus deducibles hasta el pago de permisos.

El comportamiento económico de México no es diferente del mundo. Las telecomunicaciones y la salud son sectores que llevan un crecimiento mayor a lo normal por la pandemia. En el sector alimentario es donde se encuentra la diferencia. En Europa, el gasto en alimentos ha alcanzado cifras positivas, principalmente porque existen los seguros y mecanismos de desempleo que permiten a la persona cuidar su alimentación pase lo que pase. El desempleo generado por la pandemia en México puso de manifiesto su severidad al dejar en claro que la gente sacrificó su alimentación por la carencia de recursos, cuando lo que más se necesita en estos momentos es alimentarse bien.  Este hecho también podría explicar por qué el virus tiene un mayor índice de mortandad aquí que en otras partes del mundo.

En lo que respecta a las telecomunicaciones, los diputados están proponiendo aumentar los impuestos que se pagan por este servicio, haciéndolo más caro, cuando en el resto del mundo la tendencia es la contraria. Si se piensa que ahora con las clases en casa y el esfuerzo que hacen muchas familias en México para que sus hijos estudien, aumentarles algo tan básico como el Internet pondrá presión en algún otro componente del ingreso presupuestal y desde luego todo apunta a la parte de la comida. La malnutrición será un problema grave en el futuro y la clase política no entiende que alimentación es salud, que le quita presión a los hospitales.

Como en toda situación, hay ganadores y perdedores. La economía mexicana, pese a la severa crisis que se vive, sigue teniendo espacios en donde algunas empresas por el cambio de condiciones han sabido aprovechar las oportunidades. Está claro que están en los sectores que por su naturaleza tienen crecimiento, pero su capacidad competitiva las mantiene como líderes.

Los datos de la pandemia muestran un nuevo repunte. Habrá otros datos para revisarlos muy pronto, porque el coronavirus no se quiere retirar y por consiguiente las condiciones económicas, seguirán dando de qué hablar.

Profesor de Tiempo Completo

Facultad de Economía,  UAdeC