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Los daños, absurdos y un horizonte nebuloso para nuestro país
Si la conveniencia política y de poder no les importara, si realmente trabajaran por el pueblo ya se hubieran adherido a la alianza federalista los otros gobernadores del resto de la República, y darían la pelea, en el buen sentido de la palabra, a López Obrador, quien gobierna por impulsos gestados en su hígado y en sus viseras, que daña, como lo hace, a los gobiernos de los estados y de los municipios y con ellos a los ciudadanos, mediante la reducción de los recursos económicos, con el fin de doblegarlos a sus instintos demoledores emanados como seres sin pensamientos que están basados en una rabia, en un odio y venganza que tiene por los que no piensan como él.
Esas actitudes provocan un daño irreversible cuyas heridas tardan en sanar años. Su gobierno es un ente descorazonado que actúa sin neuronas, pues su actividad lo conduce por caminos de acuerdo a su subjetividad que lo hace incoherente, de un sentido común inexistente y una actuación adosada a un desconocimiento de lo que es gobernar, cuyo resultado nos está llevando a ser un país totalmente retrasado en los renglones del quehacer económico, de la salud, de la inseguridad, un País, recalco, que nos va a llevar años en reconstruir lo que ahora se está demoliendo.
El absolutismo trasnochado e instaurado por el actual gobierno, hoy en día está totalmente fuera de lugar, de tiempo, pues la democracia que se supone que es la que manda solo se aloja en la mente del presidente en forma subyacente, haciendo una Presentación superficial de manera que el pueblo lo ubique como un demócrata, del cual realmente está muy distante.
En algunas semanas más completará el presidente López Obrador su segundo año de estar al frente conduciendo un País que navega en una barca que se enfila, en medio de aguas turbulentas, a encallar, pero que estamos a tiempo de apoyarlo, en el sentido de aceptarle la revocación del puesto borrando de la memoria este periodo que nos ha traído desequilibrios en todos los renglones de la actividad nacional.
Nosotros, los que vivimos en esta época cuya conducción en mala hora se le entregó al actual Ejecutivo federal, seremos responsables de dejarle a la siguiente generación un País estigmatizado por la irresponsabilidad y la simulación que les hará más daño que beneficio.
Les dejaremos una gran parte de la población en pobreza extrema que está creciendo en forma exponencial, personas que tendrán difícilmente que comer, lo que pueden detonar en actos vandálicos cometidos por miembros de las familias para proveerles comida.
De igual forma les dejaremos una inseguridad en donde las estadísticas indican aumento, asimismo una pandemia que se maneja discrecionalmente y que no han conseguido frenarla con eficacia, pues el término de la enfermedad y el número de decesos se está determinando en forma por demás irresponsable lo que constituye una psicosis en el País que ha derivado en una población temerosa.
El panorama apunta difícil, se ve como el deslizamiento de una barca a pocos nudos de velocidad que pudiera ser rebasada por otra nave marítima que llegara al otro extremo, y desde ahí pulverizarla sin miramientos de manera que no quede ni su espíritu.
Sólo queda una posible solución para frenar los desbarajustes que a diario experimentamos, pues el próximo año se elegirá un nuevo Congreso federal por el que estamos obligados de votar acudiendo todos los que estamos en edad de hacerlo, con el fin de constituir una mayoría los que no comulgamos con la fuerza que pensamos nos llevaría a buen puerto pero que ha resultado todo lo contrario.
Reflexionemos, pero no es estar en contra del actual régimen sólo por estarlo. Convenimos totalmente que se limpie el Gobierno de ese mal de la corrupción que de igual forma ha llevado a nuestro país por caminos de atraso conducido por malos políticos, ahora sí, de los anteriores gobiernos, nada más que del actual démosle el beneficio de la duda, pues recién se ha dado a conocer que en el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado su director renunció al puesto en el que duró alrededor de tres meses porque encontró actos de corrupción, aunque el Presidente quiera maquillarlo.
Ironía de ironías.
Se lo digo EN SERIO.
franciscoaguirreperales@gmail.com
@aguirreperalesf