Los ciudadanos perdieron la credibilidad en las instituciones: edil de Xalapa

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Los ciudadanos perdieron la credibilidad en las instituciones: edil de Xalapa

Foto: Tomada de Internet
Existen problemas financieros, pero también de credibilidad, alerta; Reconoce que gobierno federal intervino dentro del marco de la ley

En Veracruz, los ciudadanos perdieron la credibilidad en las instituciones y se encuentran en riesgo los salarios del magisterio, de la clase trabajadora de municipios y de los tres poderes del Estado, así como de empresas proveedoras; a ello se le agregan los altos niveles de inseguridad.

“Esto puede desembocar en un estallido social”, advierte Américo Zuñiga Martínez, presidente municipal de Xalapa, capital de Veracruz, el político que logró aglutinar a más de 80 alcaldes priístas para reclamar el pago de participaciones federales y sacudirse el miedo que representó el gobierno de Javier Duarte de Ochoa.

El alcalde es también presidente de la Federación  de Municipios de México y copresidente de la Conferencia Nacional de Municipios de México (Conamm) , y desde su trinchera considera que la transición partidista tampoco podrá resolver la grave crisis que enfrenta el estado.

“No creo que la resuelva sino tiene el concierto de esfuerzos”, agrega y asegura que el gran reto del gobernador electo, el panista Miguel Ángel Yunes Linares, será unificar a todos en una misma lucha y exigencia.

“Y ponernos a trabajar en forma coordinada, dejar atrás el encono y dejar atrás la contienda, entender que ésta ya quedó atrás”, suelta desde su despacho principal del palacio municipal, que se encuentra a contra esquina del Palacio de Gobierno, tomado hasta ayer por alcaldes, dirigentes y diputados del PAN y PRD que exigían el pago de 2 mil millones de pesos de participaciones federales.

La administración de Javier Duarte, hoy prófugo de la justicia, dejó un estado quebrado y la perdida para el PRI de la gubernatura a manos de una alianza del PAN y PRD. Zuñiga Martínez reconoce que Veracruz transita por una situación muy grave.

“A pesar de ser un estado productivo, hoy la inversión productiva está parada, los ayuntamientos tenemos un problema muy serio”, afirma.

Salarios, en riesgo

Aclara que el problema financiero que enfrentan los 212 municipios veracruzanos es compartido con el magisterio, proveeduría y con los propios trabajadores al servicio de los Poderes. “Es realmente muy difícil; estamos atravesando por una de las peores crisis económicas por problemas financieros, pero también de credibilidad en las instituciones: el ánimo de la gente se percibe adverso, se siente y es muy difícil de remontar”, subraya.

La falta de credibilidad en las instituciones, detalla, es un gran riesgo porque es con la sociedad con la que tienen que hacer las mayores alianzas y sin ella existe el grave riesgo de un estallido social.

“Creo que es lo que está latente, que si no se atienden las responsabilidades y obligaciones que debe tener el gobierno, puede desembocar en un estallido social, aunque es lo que no queremos”, asegura.

El ex diputado local dice que están comprometidos los salarios de miles de trabajadores municipales, hay una base productiva que no ha sido atendida y hay inconformidad social: “Estamos a punto de desbordarnos y llegar a un esquema en el que la paz social esté fracturada”.

Al tener un acercamiento con 80 alcaldes priístas, revela que se han detectado dos focos rojos de posible estallido social: la zona sur, por los altos niveles de inseguridad; y la norte, donde se asientan municipios ligados a la economía de la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex).

“Sí hay focos rojos en el estado de Veracruz. El disparo de inseguridad que hemos notado en el sur del estado y lo que se está generando en municipios del norte, particularmente los que tienen ligada economía con la paraestatal Pemex, es muy preocupante, pero es un crisis que se debe de atender”, agrega.

“Se respetó autonomía”

Zuñiga Martínez rechaza que el gobierno federal haya sido omiso al no intervenir en Veracruz ante las múltiples llamadas de auxilio de la sociedad, ya que, señala, respetó la autonomía de la entidad e intervino cuando la ley lo permitía.

El PRI, tras 86 años de hegemonía, perdió la gubernatura, pero —dice— eso no significa que se encuentren huérfanos, por el contrario, considera que es tiempo para que surjan liderazgos emergentes de las filas del priísmo.

Admite sentirse sorprendido, si es que se comprueban todos las acusaciones, de las acciones irregulares que realizó el gobernador con licencia Javier Duarte, pues “jamás se imaginó la magnitud de los problemas”.

Ahora, remata, Duarte de Ochoa fue expulsado del PRI y es momento de que ese instituto genere candados para impedir que lleguen “priístas de ocasión”, como ocurrió con la gente cercana al mandatario que también llegó a ocupar alcaldías, diputaciones locales y federales.