Todo el mundo sabe que no fumar, hacer deporte, cuidar la alimentación, no pasarse con el alcohol y evitar el sobrepeso son hábitos saludables. Pero no todos toman al pie de la letra esas recomendaciones. 

Un grupo de científicos de la Harvard School of Public Healt,publicó en la revista de la Asociación Médica Americana un estudio que deja más claros los beneficios de un estilo de vida sano. 

Según la investigación, respetar esas cinco normas suele implicar un aumento en la esperanza de vida con respecto a quienes no siguen esas normas, de hasta 14 años para las mujeres y 12 años para los hombres. Los autores han sacado esta conclusión tras observar a lo largo de 34 años los hábitos de 123 mil estadounidenses. 

El lugar de Estados Unidos
Pese a ser el país que más invierte en sanidad en el mundo, Estados Unidos ocupa el puesto 31 en el listado de los que mejor esperanza de vida tienen, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud. 

Al analizar en detalle qué hábitos de vida tenían esas personas, los científicos han constatado importantes diferencias entre quienes llevaban un estilo de vida saludable y quienes no.

Los cinco factores clave han sido escogidos de acuerdo a los estudios de décadas anteriores y gracias a la propia “experiencia de los investigadores” que durante muchos año han recopilado información sobre miles de pacientes y profesionales de la salud.

Esther López García, investigadora de la Universidad Autónoma de Madrid, explica que la principal aportación del estudio es el hecho de asociar los beneficios de un estilo de vida saludable a los datos reales sobre fallecimientos en Estados Unidos. “Eso permite calcular cuántas muertes se pueden atribuir a no seguir ese estilo de vida, que es modificable y no depende de fármacos ni de tratamientos médicos”, afirma López. 

El resto del equipo que ha trabajado en el estudio, liderado por Frank B. Hu, ha llegado a la conclusión de que una persona, hombre o mujer que mantiene un estilo de vida conforme a los cinco factores saludables señalados, puede tener una esperanza de vida más alta que el promedio.

Y para las personas que no respetan ninguna de esas recomendaciones, la esperanza de vida media es mucho menor.. 

En opinión de la investigadora, “nunca es tarde” para mejorar aspectos como dejar de fumar o seguir una dieta más saludable y, aunque se empiece a los 50 años, se pueden obtener beneficios.

Conviene impulsar la prevención
Los científicos estadounidenses creen que, para que cada individuo adopte un estilo de vida más saludable, es importante un mayor esfuerzo de la sanidad pública. “Recomendamos al sistema de salud de Estados Unidos impulsar la prevención en la población por encima de los tratamientos médicos de los pacientes”, afirma Yanping Li, director de la investigación. 

Esther López sostiene que el mismo discurso es aplicable a cualquier país donde los habitantes cuiden de los cinco hábitos ya mencionados.

“Si se previene que mucha gente fume, se van a reducir muchas enfermedades. En cambio, los tratamientos médicos, aunque mejoran la salud, tienen un impacto menor, en términos de salud pública, porque llegan a menos gente”.

 Por eso insisten en que si se adoptan los cinco hábitos a los que apuntan los investigadores, los beneficios están garantizados. 

“El mensaje clave es común para todos: cuánto más saludables sean los hábitos de una persona, más larga será su esperanza de vida”, concluye Li. 

-No fumar
-Hacer deporte
-Cuidar la alimentación
-No pasarse con el alcohol
-Evitar el sobrepeso