Usted está aquí
Los candidatos que vienen deberán tener presencia real en las comunidades
Conozco a muchos actores políticos locales y nacionales que, con sus acciones o inacciones, generan nota. Me pregunto cómo serán las nuevas maneras que están pensando para abordar a los futuros votantes ahora que se les termine la excusa para obsequiar despensas.
Aunque la postpandemia concluya antes de las siguientes elecciones del 2021, ya no podrá haber fotografías de candidatos abrazando ancianas o besando niños. Caminarán mucho menos para buscar la simpatía de los votantes, se gastarán menos recursos en obsequios inútiles, menos recursos energéticos en los traslados y menos dinero en su aparto de infraestructura humana.
Los candidatos para ganar deberán ser personas reconocidas en los ámbitos en los que vivan, tener presencia real en las comunidades que van a representar, ya no podrán salir de la nada por recomendaciones de los altos mandos de los partidos políticos, aunque sí deberán tener su bendición.
Ya hay largas filas de personas esperando en los partidos el visto bueno para contender por alguna posición, pero la decisión ya no dependerá sólo de los servicios personales y de la militancia de los interfectos.
Ahora aquellos hombres o aquellas mujeres que tengan el perfil de poder ser reconocidos por los potenciales votantes, serán a quienes se buscarán para contender. Así que personas libres con prestigio “serán peleadas” para representar los colores e ideologías partidistas.
Se va a privilegiar en las próximas elecciones la reputación personal que tengan los candidatos, esa característica tan olvidada. Los títulos profesionales, bien habidos o no, perderán importancia, lo relevante será que tengan una historia personal congruente con sus propuestas.
¿Qué imágenes de su pasado subirá a redes sociales alguien que jamás haya hecho trabajo a favor de la conservación de la naturaleza, pero que diga que es lo que más le importa?
Ya existen candidatos posibles para gubernaturas y municipalidades que esperan qué es lo que va a tocarles, y que en el último de los casos aceptarán diputaciones locales y federales. En el sencillo Pueblo Mágico de Bustamante hay cinco personas que han levantado la mano para ser alcaldes, más los que se vayan sumando, imaginen la vorágine que se estará viviendo en ciudades o entidades federativas en relación, a los que quieren ser.
Pero muchos de los que podrán ser, y que aún están trabajando desde sus casas por motivo de la pandemia, deberán decidir si involucrarse o no en una carrera que desconocen; pero siempre habrá personas aptas en la tarea del convencimiento que sabrán acercarlas.
Predominarán las campañas en redes sociales de candidatos sin mácula, con familias integradas eso sí: con una buena imagen. La situación de contar con una buena imagen no cambiará y ahora menos que los futuros votantes están entrenados en el manejo de redes sociales. Lo que será una decisión crucial para los partidos políticos es que los electores participen en las votaciones.
Pero falta mucho para las elecciones del 6 de junio del 2021. Aún nadie sabe si para entonces habrá remanentes del COVID-19 o de sus mutaciones, así que los comicios están en vilo, con buenos o malos candidatos.