Los brillantes “insultos” de William Shakespeare

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Los brillantes “insultos” de William Shakespeare

Celebramos al Gran Bardo de Avón, con uno de los aspectos mas destacables y desapercibidos de sus obras: sus insultos

Desconociendo la fecha exacta del nacimiento del Bardo, William Shakespeare – catalogada entre 23 o 26 de abril – sabemos que el gran dramaturgo inglés cambió la forma de narrar las historias y crear dramas inmortales a través de sus personajes.

¿Y qué hace a sus personajes tan memorables? Sus palabras. “El ser o no ser” de Hamlet se nos viene a la mente siempre, para demostrar la actitud reflexiva y casi pesimista del príncipe sobre su lucha contra la muerte de su padre.

Sin embargo, también el sentimiento del desdén y el odio es algo contante en los dramas de Shakespeare, por lo que traemos atención a estas frases y la justificación de su genialidad.

 

1.- “Villano, me hice a tu madre”: Aaron el Moro, en Tito Andrónico

Uno de los dramas más violentos del Bardo. La historia se centra en un general del ejército romano y su cautiva reina, Tamora. Entre los personajes está Aaron, un sirviente moro que tiene una aventura con Tamora, lo cual resulta en un hijo ilegítimo que le presenta una madrona al moro.

Los hijos de Tito arriban a la escena y cuestionan al moro: “¿Qué habéis hecho, villano?”. A lo que Aaron responde que es aquello que no se puede deshacer. Y cuando Chiron afirma que “ha deshecho a su madre”, Aaron afirma que al contrario “hizo” a su madre.

2.- “Bruto es un hombre honrado”: Marco Antonio, en Julio César

La traición es uno de los temas principales en el drama histórico de Julio César. Luego de que Bruto apuñala a su amigo Julio César, el romano sale a declarar a los ciudadanos las razones de sus acciones acusando a César de haber sido ambicioso de poder.

Marco Antonio, quien sospecha de la traición, sale frente a los romanos para, aparentemente, apoyar las palabras de Bruto, en donde destaca la palabra “honesto” para referirse a su compañero. Cuando Antonio le recuerda a los romanos sobre la nobleza de César, vuelve a remarcar la “honradez” de Bruto. Un brillante uso del sarcasmo victoriano.

3.- “Sé que me muerdo el pulgar, señor” Sansón en Romeo y Julieta

Es difícil pensar que el morder el dedo pulgar frente a otra persona sea una grave injuria, sin embargo, las implicaciones de “Romeo y Julieta” nos hacen ver que es razón suficiente para comenzar una batalla sangrienta entre los Montesco y los Capuleto.

Cuando el atrevido Sansón incita un conflicto con los Montesco, Benvolio se entromete para evitar que los hombre luchen. Justo después, Teobaldo también se hace presente diciendo: “Pero, ¿estáis usando la espada contra villanos (cobardes)?”, buscando una nueva confrontación insultando la hombría del buen Benvolio.

4.- “Me arrepiento de los fastidiosos minutos que he pasado con ella”: Lisandro, en Sueño de una noche de verano

El amor es de lo más confuso, lo cual se ve mejor representado en la comedia “Sueño de una Noche de Verano” de Shakespeare. En ella una poción de amor manipula al joven Lisandro para que abandone su amor por Hermia por el de Elena, el cual también compite el hechizado Demetrio.

Tras declararle su amor y amenazar con destruir a Demetrio, Elena le recuerda que él ama a Hermia, el joven responde que se “arrepiente de cualquier fastidioso minuto que ha pasado con ella”.

5.- “Eres un vendedor de pescado”: Príncipe Hamlet  en “Hamlet”

Luego de que Hamlet ha sido visitado por lo que parece el fantasma de su padre, el joven finge demencia para evitar la vigilancia que el viejo Polonio ha puesto encima de él gracias a su hija Ofelia.

Cuando el sirviente del rey Claudio lo confronta, Hamlet lo salud con cortesía. Polonio le pregunta si recuerda quien es él, verificando su salud mental. A lo que contesta el joven: “Perfectamente. Eres un vendedor de pescados”.

Una incoherencia en superficie, pero realmente el Bardo quería decir mucho más. En la época victoriana, los denominados “fishmongers” eran conocidos como proxenetas. Un claro insulto al viejo quien utiliza a su hija Ofelia a cambio del favor del rey; mas Polonio lo deja pasar como una incoherencia de parte del príncipe.